martes, 9 de marzo de 2021

SALUD O ECONOMÍA: ESA ES LA CUESTIÓN

El debate sobre si hay que dar prioridad a la salud o a la economía es un debate estéril de por sí, ya que la una no se entiende sin la otra y viceversa: sin salud no hay economía y sin economía no hay salud.

Empresarios de hostelería, comerciantes, empleados dependientes del turismo, taxistas, feriantes, músicos y todos aquellos que viven al día son dados, y con razón, a quejarse del cierre total de la economía ya que su sustento depende de ello. Sin embargo, políticos, policías, pensionistas, funcionarios o gente muy bien asentada en sus empresas están convencidos de  que la salud es lo primero y se niegan a aceptar otra realidad.

Los medios de comunicación de masas tachan a los primeros de negacionistas cuando verdaderamente no niegan nada, simplemente quieren seguir ejerciendo du derecho a ganarse la vida, nada más. Sin embargo, los segundos son simple y llanamente unos egoístas, ya que este grupo, con la cartera bien repleta, es partidario de darle prioridad a la salud y al que vive del turismo y otras “gaitas” que le parta un rayo y se las apañe como pueda.

La suspensión de toda actividad ha ocasionado una drástica contracción de la economía mundial. Es la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y la primera vez en los últimos 200 años que tantas economías experimentan una disminución de su PIB al unísono, por lo que no tenemos referencias de lo que este nuevo escenario significa realmente.

El Covid-19 ha hundido en la miseria a gran parte del mundo y muy particularmente a España.

La debacle sufrida por la economía española, con un descenso en 2020 de su PIB del 11%, sitúa a España como la más castigada del mundo y con la peor recesión de su historia en tiempos de paz, según Bloomberg.

España tiene actualmente 47.350.000 habitantes. Debido a las medidas restrictivas, llevadas a cabo por el Gobierno, se ha destruido más del 50% del tejido empresarial, han cesado su actividad más de un 80% de autónomos y el sector servicios –base del PIB español- se encuentra prácticamente paralizado.

Ante la grave situación es de esperar que nuestro Gobierno salga al rescate de todos aquellos sectores afectados. Pero nada más lejos de la realidad. Se ha limitado a dar una limosna de supervivencia temporal a la gente y nada más.

El FMI y el BCE han situado a España como la potencia económica mundial que menos fondos está inyectando a la economía para hacer frente a la crisis del coronavirus. Según sus datos, España ha dado en ayudas un 3,5% de su PIB mientras que el resto de países de su entorno como RU, Alemania, Italia, etc. han dado un 10%.

Una oleada de quiebra de empresas podría poner en peligro la estabilidad del sistema financiero europeo, según Christine Lagard. Lo que está diciendo no es que una nueva crisis vaya a venir, no, lo que dice es que ya está aquí. Y aunque de momento no se ve -porque todo el mundo está preocupado de no contagiarse del “bicho”, de lo que le permiten o no le permiten hacer, de no olvidarse la puta mascarilla y de estar pendiente del número de nuevos contagios y muertes que le proporciona en cada momento la televisión-, es de una envergadura bestial. Así que cuando este país se ponga de nuevo en marcha, veremos las consecuencias y no te quepa la menor duda de que serán infinitamente más dañinas que las ocasionadas por el coronavirus.

Estamos viviendo el empoderamiento del oligopolio de las grandes corporaciones en detrimento y declive absoluto de la clase media. Y en un país como España, donde la clase media está tan arraigada, su desaparición va a ocasionar verdaderos estragos.

Actualmente el desempleo oficial en España es del 16,1%, pero no es real. Si sumamos la gente que está en las listas oficiales de desempleo, más la que está en algún ERTE, más los autónomos sin actividad y los que ya han renunciado directamente a acudir a las bolsas de empleo es probable que lleguemos a sobrepasar el 30% de parados. Esa es la cruda realidad.

Pero la televisión, los medios de comunicación de masas y nuestro Gobierno, en particular, se empeñan en decir que no pasa nada, que la economía se recuperará y que lo más importante es vacunarse para bajar la curva de contagios.

La situación de los autónomos y de las pequeñas y medianas empresas, que son el 90% del tejido productivo español, es extremadamente delicada por no decir directamente ruinosa. La desaparición de establecimientos de hostelería suma cifras absolutamente alarmantes. La tasa de paro real, compuesto por desempleados, los que están en ERTEs, los autónomos en cese de actividad y quienes están en disponibilidad de trabajar pero no puede buscar empleo ronda en este momento cerca de los 7 millones de personas, para una población activa de poco más de 22 millones. Esto es simplemente inasumible.

Pero nuestros Gobiernos (nacional y autonómicos) siguen dando prioridad a la salud en detrimento de la economía. Evidentemente, los gobernantes no son idiotas y saben exactamente lo que están haciendo. Recuerda que tanto el Rey como el Presidente y Vicepresidente del Gobierno lucen frecuentemente un lustroso pin de la agenda globalista 2030 en la solapa.

Pero a los que somos de ciencias no nos valen las “pajas mentales” con las que los políticos torean a la gente. Nosotros nos atenemos a los datos, y los datos son los siguientes:

En el último año el Covid-19 se ha llevado por delante a 2,5 millones de personas en el mundo (el 0,03% de la población mundial), según datos oficiales de la OMS y el Instituto Johns Hopkins. Pues bien. La falta de recursos económicos hace que pasen hambre 514 millones de personas en Asia, 260 millones en África y 45 millones en América Latina y Caribe. Y de entre esas 819 millones de personas que pasan hambre, mueren anualmente por desnutrición aguda más de 16 millones (el 0,2% de la población mundial), según datos proporcionados por ACNUR. ¡Ah! y para el hambre si hay vacuna. Se llama dinero: ese que los bancos centrales imprimen a discreción y reparten  a diestro y siniestro entre sus amiguetes. Y otro dato. Un informe publicado por Oxfam dice que el hambre que va a provocar el Covid-19 causará más muertes que la propia enfermedad.

Así pues, ateniendo a estos datos, la probabilidad de morir de hambre es 6,6 veces mayor que la de morir por Covid-19. Entonces, ¿es la salud más relevante que la economía? Ahora pregúntate por qué estás colaborando a parar la economía de tu país y si verdaderamente estás haciendo lo correcto. 

1 comentario:

  1. PEPE...este es un articulo calenturiento que rezuma dudas contemplativas sobre lo inexorable de pedir cuentas a los culpables de este marasmo.

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