miércoles, 18 de noviembre de 2020

PCR: EL TEST QUE SUSTENTA LA FALSA PANDEMIA PARA ENGAÑAR A LA HUMANIDAD

La_estafa_se_constata: la PCR no detecta el SARS-COV-2.pdf. Este interesantísimo artículo de investigación de Desalud demuestra que no hay ningún test válido para detectar el SARS-COV-2. Lo que supone que todas las cifras de “casos”, “contagiados”, “enfermos”, “asintomáticos” o “muertos por covid-19” carecen de soporte científico y todos los “positivos” son falsos positivos.

Ahora tú puedes creerlo o no. Pero antes de tomar una decisión deberías considerar que el periodismo consiste en decir cosas que alguien no quiere que digas: todo lo demás son relaciones públicas. No nos confundamos. Si un editorial no molesta a alguien no es auténtico periodismo, sino un producto propagandístico al servicio de algún interés. 

El test PCR no tiene capacidad de diagnóstico. Además, según la Ingeniero Doctorada en Biomedicina, Ana Mª Oliva, por encima de 30 ciclos (parámetro técnico de uso del test) siempre da positivo. Lo que significa que se puede jugar a voluntad con el número de casos, según interese.

Al principio la pandemia era considerada por el número de muertos. Luego se cambió por el número de enfermos (con síntomas, por supuesto). Después se paso a número de contagiados, tengan o no tengan síntomas y el último cambio solo considera los casos; es decir, personas que dan positivo a un test PCR, independientemente de que sean enfermos o no.

La evidencia de esta farsa cada día es mayor. Pero la gente asustada se niega a verlo y siempre acude a lo mismo: ¿Y los muertos? ¿Y los ingresados en UCI?

Vamos a ver. Las personas están muriendo constantemente (en España 1.200 al día) y de siempre hay ingresos en UCI. La muerte es parte de estar vivo. La cuestión es la causa de la muerte, pero sin autopsia no se puede verificar de qué se ha muerto. El sábado 19 de septiembre de 2020 se publicó una directiva en el BOE sobre las exploraciones de los médicos forenses, en la que se dice que podrán realizarse basándose únicamente en la documentación médica hasta junio de 2021; es decir, certificar muertes sin hacer autopsias. Entonces, ¿cómo podemos saber de qué muere la gente?

Del mismo modo, a los cadáveres de Covid-19 se les aplicó el protocolo de cadáveres radiactivos en lugar de producidos por enfermedad infecto-contagiosa. Evidentemente, también es una buena forma sibilina de ocultar las causas reales de las muertes.

El Gobierno sigue apretando las clavijas a los ciudadanos exigiéndoles más esfuerzos (cierre de negocios, toques de queda, encierros, etc.) en aras a una segunda ola que no existe.

Es una vergüenza ver el descaro con el que miente reiteradamente la televisión para mantener el pánico hasta que llegue la vacuna, cosa, por cierto, que ocurrirá pronto según ha anunciado el Gobierno.

Todo lo que estamos viendo en los medios de comunicación de masas no son más que una sarta de mentiras para permitir a la oligarquía mundial un linchamiento a escala planetaria a la vez que instaurar un nuevo sistema de control global. Esta mafia político-mediática-sanitaria nos ha engañado, mentido y tomado por gilipollas sobre la base de una falsa pandemia que no existe y nunca existió.

El lavado de cerebro que llevamos sufriendo durante décadas ha dado sus frutos. Sin darnos cuenta, un día nos hemos levantado de la cama y nos hemos preguntado: ¿qué ha sido de la libertad que teníamos? ¿Por qué han desaparecido nuestros derechos laborales? ¿Dónde han ido a parar los intereses que generaban los ahorros bancarios y por qué ahora somos nosotros los que pagamos por tener el dinero en el banco? ¿Qué ha sido de la clase medía? ¿Por qué nos hemos alejado de amigos y familiares? Y lo más preocupante: ¿dónde están los intelectuales que sistemáticamente denunciaban los abusos de poder y dónde el periodismo independiente?

Cualquiera que no sea imbécil perdido, y sea capad de salir de su letargo mental, se dará cuenta de que han acabado con nuestro modo de vida con la escusa de una falsa pandemia que ahora vemos cómo se venía gestando desde hace tiempo.

A ver si nos enteramos de una vez. Si necesitamos que alguien nos diga que por el mero hecho de nacer en un territorio, al que llaman país, adquirimos derechos y obligaciones, es que ese alguien se ha atribuido un poder sobre nosotros que no le hemos otorgado. Y lo que es aún peor. Ahora, ese alguien ha decidido quitarnos unos derechos y libertades que, por cierto, nuca hemos tenido: si mi libertad y mis derechos los deciden otros, es que nunca he tenido ni liberad ni derechos. Así de simple. ¿Tan difícil es de entender? Pues sigue votando, ¡insensato!

¡Despierta! Esto no es una pandemia, sino una estrategia geopolítica organizada muy cuidadosamente desde hace muchos años.

Pero la masa borreguil no se entera de nada. Los idiotas solo dan credibilidad a la televisión y no les entra en la cabeza que las normas adoptadas para paliar los efectos de esta falsa pandemia son en realidad medidas orquestadas para implantar el Nuevo Orden Mundial. La masa irreflexiva solo acepta la versión más simple y ramplona de los hechos, cuyo sesgo no se ha parado a analizar. Y como se rige por creencias y emociones, no por razones, no hay manera de que reflexione sobre nada.

Las personas no aborregadas no podemos quedarnos de brazos cruzados a la espera de lo que nos quieran ir ordenando nuestros “dueños”. Debemos mostrar, en la medida de lo posible, nuestra disconformidad. El simple hecho de no llevar mascarilla en espacios abiertos sería un signo de rebeldía que, con suerte, podría extenderse y ser el principio de un despertar. Y si además dejamos de ver la televisión y solo utilizamos el teléfono móvil para lo que realmente es, hacer y recibir llamadas, mucho mejor.

Vivir no es vegetar. Si no te rebelas ante la humillación que estamos sufriendo, ¿qué sentido va a tener tu vida de aquí en adelante?

Para terminar, te invito a que veas este vídeo, de 3 minutos, sobre la nueva normalidad.4 y luego piensa si de verdad quieres esto. 

1 comentario: