domingo, 11 de junio de 2017

DE LAS MONEDAS DE ORO AL DINERO FIDUCIARIO: DE BLOCKCHAIN (BITCOIN) A ETHEREUM (ETHER)

En esta última década el sistema monetario parece haberse vuelto loco: bancos centrales emitiendo moneda a diestro y siniestro, intereses cercanos a cero o negativos y rentabilidades de depósitos que dan risa.
Con estas actuaciones todo parece indicar que alguien está echando gasolina para apagar el fuego; o lo que es lo  mismo: alguien está muy interesado en que el actual sistema monetario colapse.
El mundo del dinero cada día se hace más complejo.
La evolución del sistema monetario se encamina a una encrucijada de la que no sabemos absolutamente nada. Si el dinero actual es humo -unos trocitos de papel (sólo un 3% del total) y números anotados en una computadora- el próximo sistema monetario será aun más irreal.
A partir de la segunda guerra mundial el dinero ha ido evolucionando de una manera paradójica: al mismo tiempo que ha ido perdiendo valor intrínseco ha ido ganando en relevancia, dado que ahora lo único que importa es el dinero.
Desde entonces, y una vez derogado el patrón oro en 1971, el dinero se convirtió en fiduciario (dinero que sólo está respaldado en la confianza) y a su vez pasó a ser dinero Fiat (dinero fiduciario de uso obligatorio en una determinada demarcación)
Con la llegada en 2009 de Bitcoin, se produjo un fenómeno sorprendente: la aceptación de una criptodivisa como dinero. Y esta aparentemente inocente jugada, ha puesto de manifiesto los planes de las élites financieras, que no son otros que la implantación de una criptodivisa como moneda global.
Visto la evolución de Bitcoin, en estos últimos años, ya nadie se traga que fuera un invento de Satoshi Nakamoto. La mayoría de expertos piensa que Bitcoin es un “globo sonda” lanzado por un equipo altamente especializado, y que tras la misteriosa moneda, en realidad se esconde un experimento previo para estudiar la implementación de una moneda virtual a escala mundial.
Si el actual dinero fiduciario está respaldado únicamente en la confianza que le conferimos a la entidad emisora, las monedas virtuales necesitan de algo más, ya que aquí no hay una entidad emisora detrás ni un estado que las respalde (de momento, claro). Bueno, pues ese algo más, aparte de la confianza ciega que el usuario deposite en ellas, es que esté respaldada por el sistema financiero internacional. Por eso ha sido tan importante el comportamiento de Bitcoin en estos ocho años y medio que lleva de vida.
Las pruebas son irrefutables. Bitcoin no solo no ha fracasado, sino que ha superado todas las expectativas. En julio de 2010 un Bitcoin cotizaba a 0,008 dólares, mientras que en mayo de 2017 llegó a cotizar a 2.400 dólares. Y la demanda sigue en aumento.
La mayoría pensará, y con razón, que es una burbuja. Pues claro que es una burbuja. ¿Y qué? Lo importante para sus creadores es que funciona y ha tenido éxito.
Una vez comprobado que Bitcoin con su Blockchain (cadena de bloques) ha superado con creces todas las expectativas de sus creadores, ahora ya no tendrán reparos en avanzar con sus planes.
Y en eso estamos.
Aparte de las numerosas monedas digitales que han ido apareciendo en los últimos años, las corporaciones bancarias han puesto en marcha una cadena de bloques y una criptodivisa “mejoradas” de Blockchain y Bitcoin: la cadena de bloques Ethereum y la criptodivisa Ether.
Ethereum  ya no sólo es una cadena de bloques para reflejar las transacciones de valor monetario, sino que también es una red para el suministro de los contratos basados en Ethereum (un sustituto de los derivados financieros). Según dicen, estos contratos de código abierto pueden ser usados para ejecutar de forma “segura” una amplia variedad de servicios, entre los que se incluyen: intercambios financieros, contratos de propiedad intelectual, sistemas de votación, y un largo etcétera.
Ether es la criptodivisa de la cadena de bloques Ethereum, la cual, a diferencia de Bitcoin, no tiene tope de creación de moneda (Bitcoin sí: 21 millones) y está dividida en unidades más pequeñas llamadas Finney, Szabo, Shannon, Babbage, Lovelace y Wei. Cada unidad es igual a mil veces la siguiente unidad menor; por lo tanto 1000 finneys es igual a un Ether, 1000 szabos es igual a un Finney…etc.
Pero veamos qué diferencia hay entre el dinero que hemos conocido siempre y una criptodivisa.
El dinero actual; es decir, la moneda física que utilizamos a diario, se puede tocar, transportar y utilizar como medio de pago en cualquier territorio en el sea aceptada esa moneda. Y mientras esa divisa sea oficialmente de curso legal, el dinero será válido para comprar cualquier cosa. Y lo más importante. Ese dinero físico que portamos en nuestras carteras nos pertenece sólo a nosotros y no puede ser manipulado por nadie excepto por nosotros mismos (por eso, y no por otra razón, se ha limitado el pago con dinero en efectivo). Pero ¡ojo! No podemos decir lo mismo del dinero de nuestra cuenta corriente en el banco.
Ahora bien. Inventos como Bitcoin o Ether (monedas virtuales que no existen físicamente), no se pueden tocar y no las podemos portar en nuestras carteras. Por lo tanto, no nos pertenecen y pueden ser manipuladas, vete a saber por quién. Estas monedas virtuales a quien verdaderamente pertenecen es a Internet, y ya sabemos lo que eso significa.
La mayoría de la gente cree que Internet no tiene dueño, o bien que es de todos, por la libertad de la que disponemos para navegar o publicar en la Red. Pues se equivocan. Internet tiene dueño: el Gobierno de los Estados Unidos, que controla Internet a través de una organización privada, no lucrativa, llamada ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers).
En definitiva. Que una moneda virtual como Ether (el mismo nombre lo indica. Etéreo: que es intangible o poco definido y, a la vez, sutil o sublime) se convierta en la nueva divisa mundial es para preocuparse y mucho.
Actualmente hemos visto cómo desaparecía el dinero de nuestras manos, vía Preferentes u otros chanchullos financieros, sin que pudiéramos hacer nada al respecto. Así que la pregunta inevitable es: ¿qué serán capaces de hacer con una moneda virtual que sencillamente no existe y además reside en Internet?
Por otra parte, esto de que las criptodivisas no estén controladas por nadie, me cuesta mucho creerlo. No deberíamos ser tan ingenuos de pensar que los gobiernos se van a quedar al margen. Ni lo sueñes. Simplemente cuando llegue el momento oportuno las convertirán en dinero Fiat y así las controlarán. Y las que no quieran que existan las declararán ilegales y asunto zanjado.
A continuación, y en contra de todo lo expuesto aquí, haré una sugerencia.
Puesto que el tema de las criptodivisas está empezando, yo recomendaría a la gente que hiciera una pequeña inversión en este tipo de monedas (concretamente en Ether y en Bitcoin).
Históricamente, desde que comenzaron a funcionar, tanto Bitcoin como Ether no han dejado de cotizar al alza. Aunque son monedas muy inestables (no paran de fluctuar), hasta ahora la tendencia, a medio y largo plazo, siempre ha sido al alza.
Mi predicción es que muy probablemente en el transcurso de uno, dos años o más, se le pueda sacar una rentabilidad del 100%-200% (o incuso superior) al dinero invertido. Aunque también me puedo equivocar, además de correr el riesgo de que los hacker nos las roben, o bien que las monedas virtuales desaparezcan de la noche a la mañana.
Ya he dicho anteriormente que es una burbuja. Pues por eso, porque como es una burbuja, todavía en expansión, se le puede sacar rentabilidad. Después no sabemos qué pasará.
Cuando nacieron Google, Facebook, y todo este tipo de nuevas tecnologías, todo el mundo pensó que sería algo transitorio y nada más (una burbuja). Y lo que nunca pudieron imaginar es el valor que han llegado a alcanzar.
Pues bien. ¿Y si ocurre lo mismo con las criptodivisas?

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