En esta última década el sistema monetario parece
haberse vuelto loco: bancos centrales emitiendo moneda a diestro y siniestro, intereses
cercanos a cero o negativos y rentabilidades de depósitos que dan risa.
Con estas actuaciones todo parece indicar que
alguien está echando gasolina para apagar el fuego; o lo que es lo mismo: alguien está muy interesado en que el actual
sistema monetario colapse.
El mundo del dinero cada día se hace más
complejo.
La evolución del sistema monetario se encamina
a una encrucijada de la que no sabemos absolutamente nada. Si el dinero actual
es humo -unos trocitos de papel (sólo un 3% del total) y números anotados en
una computadora- el próximo sistema monetario será aun más irreal.
A partir de la segunda guerra mundial el
dinero ha ido evolucionando de una manera paradójica: al mismo tiempo que ha
ido perdiendo valor intrínseco ha ido ganando en relevancia, dado que ahora lo
único que importa es el dinero.
Desde entonces, y una vez derogado el patrón
oro en 1971, el dinero se convirtió en fiduciario (dinero que sólo está
respaldado en la confianza) y a su vez pasó a ser dinero Fiat (dinero fiduciario
de uso obligatorio en una determinada demarcación)
Con la llegada en 2009 de Bitcoin, se produjo
un fenómeno sorprendente: la aceptación de una criptodivisa como dinero. Y esta
aparentemente inocente jugada, ha puesto de manifiesto los planes de las élites
financieras, que no son otros que la implantación de una criptodivisa como
moneda global.
Visto la evolución de Bitcoin, en estos últimos
años, ya nadie se traga que fuera un invento de Satoshi Nakamoto. La mayoría de
expertos piensa que Bitcoin es un “globo sonda” lanzado por un equipo altamente
especializado, y que tras la misteriosa moneda, en realidad se esconde un
experimento previo para estudiar la implementación de una moneda virtual a
escala mundial.
Si el actual dinero fiduciario está respaldado
únicamente en la confianza que le conferimos a la entidad emisora, las monedas
virtuales necesitan de algo más, ya que aquí no hay una entidad emisora detrás
ni un estado que las respalde (de momento, claro). Bueno, pues ese algo más,
aparte de la confianza ciega que el usuario deposite en ellas, es que esté
respaldada por el sistema financiero internacional. Por eso ha sido tan
importante el comportamiento de Bitcoin en estos ocho años y medio que lleva de
vida.
Las pruebas son irrefutables. Bitcoin no solo
no ha fracasado, sino que ha superado todas las expectativas. En julio de 2010
un Bitcoin cotizaba a 0,008 dólares, mientras que en mayo de 2017 llegó a
cotizar a 2.400 dólares. Y la demanda sigue en aumento.
La mayoría pensará, y con razón, que es una
burbuja. Pues claro que es una burbuja. ¿Y qué? Lo importante para sus
creadores es que funciona y ha tenido éxito.
Una vez comprobado que Bitcoin con su Blockchain
(cadena de bloques) ha superado con creces todas las expectativas de sus
creadores, ahora ya no tendrán reparos en avanzar con sus planes.
Y en eso estamos.
Aparte de las numerosas monedas digitales que
han ido apareciendo en los últimos años, las corporaciones bancarias han puesto
en marcha una cadena de bloques y una criptodivisa “mejoradas” de Blockchain y
Bitcoin: la cadena de bloques Ethereum y la criptodivisa Ether.
Ethereum ya no sólo es una
cadena de bloques para reflejar las transacciones de valor monetario, sino que también
es una red para el suministro de los contratos basados en Ethereum (un
sustituto de los derivados financieros). Según dicen, estos contratos de código
abierto pueden ser usados para ejecutar de forma “segura” una amplia variedad
de servicios, entre los que se incluyen: intercambios financieros, contratos de
propiedad intelectual, sistemas de votación, y un largo etcétera.
Ether es la criptodivisa de la cadena de
bloques Ethereum, la cual, a diferencia de Bitcoin, no tiene tope de creación
de moneda (Bitcoin sí: 21 millones) y está dividida en unidades más pequeñas
llamadas Finney, Szabo, Shannon, Babbage, Lovelace y Wei. Cada unidad es igual
a mil veces la siguiente unidad menor; por lo tanto 1000 finneys es igual a un
Ether, 1000 szabos es igual a un Finney…etc.
Pero veamos qué diferencia hay entre el dinero
que hemos conocido siempre y una criptodivisa.
El dinero actual; es decir, la moneda física
que utilizamos a diario, se puede tocar, transportar y utilizar como medio de
pago en cualquier territorio en el sea aceptada esa moneda. Y mientras esa
divisa sea oficialmente de curso legal, el dinero será válido para comprar
cualquier cosa. Y lo más importante. Ese dinero físico que portamos en nuestras
carteras nos pertenece sólo a nosotros y no puede ser manipulado por nadie
excepto por nosotros mismos (por eso, y no por otra razón, se ha limitado el pago
con dinero en efectivo). Pero ¡ojo! No podemos decir lo mismo del dinero de
nuestra cuenta corriente en el banco.
Ahora bien. Inventos como Bitcoin o Ether
(monedas virtuales que no existen físicamente), no se pueden tocar y no las
podemos portar en nuestras carteras. Por lo tanto, no nos pertenecen y pueden
ser manipuladas, vete a saber por quién. Estas monedas virtuales a quien
verdaderamente pertenecen es a Internet, y ya sabemos lo que eso significa.
La mayoría de la gente cree que Internet no
tiene dueño, o bien que es de todos, por la libertad de la que disponemos para
navegar o publicar en la Red. Pues se equivocan. Internet tiene dueño: el
Gobierno de los Estados Unidos, que controla Internet a través de una
organización privada, no lucrativa, llamada ICANN (Internet Corporation for
Assigned Names and Numbers).
En definitiva. Que una moneda virtual como
Ether (el mismo nombre lo indica. Etéreo: que es intangible o poco definido y, a la vez,
sutil o sublime) se convierta en la nueva divisa mundial es para preocuparse y
mucho.
Actualmente hemos visto cómo desaparecía el
dinero de nuestras manos, vía Preferentes u otros chanchullos financieros, sin
que pudiéramos hacer nada al respecto. Así que la pregunta inevitable es: ¿qué
serán capaces de hacer con una moneda virtual que sencillamente no existe y
además reside en Internet?
Por otra parte, esto de que las criptodivisas
no estén controladas por nadie, me cuesta mucho creerlo. No deberíamos ser tan
ingenuos de pensar que los gobiernos se van a quedar al margen. Ni lo sueñes.
Simplemente cuando llegue el momento oportuno las convertirán en dinero Fiat y
así las controlarán. Y las que no quieran que existan las declararán ilegales y
asunto zanjado.
A continuación, y en contra de todo lo
expuesto aquí, haré una sugerencia.
Puesto que el tema de las criptodivisas está
empezando, yo recomendaría a la gente que hiciera una pequeña inversión en este
tipo de monedas (concretamente en Ether y en Bitcoin).
Históricamente, desde que comenzaron a
funcionar, tanto Bitcoin como Ether no han dejado de cotizar al alza. Aunque
son monedas muy inestables (no paran de fluctuar), hasta ahora la tendencia, a
medio y largo plazo, siempre ha sido al alza.
Mi predicción es que muy probablemente en el
transcurso de uno, dos años o más, se le pueda sacar una rentabilidad del 100%-200%
(o incuso superior) al dinero invertido. Aunque también me puedo equivocar,
además de correr el riesgo de que los hacker nos las roben, o bien que las
monedas virtuales desaparezcan de la noche a la mañana.
Ya he dicho anteriormente que es una burbuja.
Pues por eso, porque como es una burbuja, todavía en expansión, se le puede
sacar rentabilidad. Después no sabemos qué pasará.
Cuando nacieron Google, Facebook, y todo este
tipo de nuevas tecnologías, todo el mundo pensó que sería algo transitorio y
nada más (una burbuja). Y lo que nunca pudieron imaginar es el valor que han
llegado a alcanzar.
Pues bien. ¿Y si ocurre lo mismo con las
criptodivisas?
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