viernes, 3 de noviembre de 2017

LA INGENIERÍA SOCIAL LO CONTROLA TODO

Dentro de lo que podríamos considerar populacho; o sea, la masa, el bajísimo nivel intelectual, promovido por la paupérrima educación, unido a la falta de lectura y la ausencia de diálogo inteligente, ha fomentado el nuevo analfabetismo: gente que sabe hablar, leer y escribir, pero que no sabe lo que dice, no entiende lo que lee y, por supuesto, no escribe.
La actual incapacidad de la masa, para elaborar pensamientos propios, ha llevado a la gente a repetir una y otra vez todos los preceptos que recibe a través de los medios que ejercen los poderes de manipulación: televisión, radio, prensa, Internet, redes sociales, campañas electorales, etc.
Si a esto le sumamos la omnipresencia de deportes para descerebrados como el fútbol, las macro producciones de estúpidos héroes de Hollywood y el resto de la industria del entretenimiento basura (entre los que se encuentra el turismo de masas), tenemos una sociedad con una multitud de individuos acomodados que no son capaces de realizar ningún movimiento por sí mismos.
Esto no sería preocupante si no fuera porque toda esa masa vota y, como de todos es sabido, en democracia todos los votos son iguales; por lo tanto, toda esa masa, fácilmente manipulable, inclina la balanza siempre en el sentido que al poder le conviene.
Nunca tan sabias palabras fueron pronunciadas sobre las democracias, como las que plasmó en su libro “El Hombre Mediocre”, en 1913, José Ingenieros, las cuales siguen vigentes a día de hoy: “Las pretendidas democracias de todos los tiempos han sido confabulaciones de profesionales para aprovecharse de las masas y excluir a los hombres eminentes… La premisa de su mentira fue la existencia de un “pueblo” capaz de asumir la soberanía del Estado. No hay tal: las masas de pobres e ignorantes no han tenido, hasta hoy, aptitud para gobernarse: cambiaron de pastores.”
Pues bien. Todo esto ha sido posible gracias a los avances en Ingeniería Social, que tiene prácticamente programada y paralizada a la gran mayoría de la sociedad.
Pero qué es la Ingeniería Social. “La Ingeniería Social es el cambio planificado, sostenible y solapado del comportamiento. Se trata de modificar definitivamente la naturaleza de una cosa, de manera irreversible, para que se mantenga en el tiempo. Esto es lo que distingue a la Ingeniería Social de la propaganda y de la manipulación, cuyos impactos son puntuales y reversibles”.
En definitiva, se trata de persuadir a la gente para influir en sus pensamientos, acciones y comportamiento. En otras palabras, se manipula a las personas para llevarlas a ejecutar determinadas acciones y conducirlas hacia una manera de pensar única.
Los avances en Ingeniería Social, han propiciado que las clases dirigentes se hayan hecho con el control absoluto de todo.
Desde que el mundo es mundo, el poder siempre se ha conseguido de la misma manera: centralizando la autoridad en torno a una minoría y esparciendo el caos, la miseria y la desigualdad entre el populacho, quedando reducido éste a una masa de individuos en estado permanente de pánico.
Tradicionalmente, las élites se hacían obedecer por el pueblo a cambio de  mejorar sus condiciones laborales, económicas y sociales, o bien por la fuerza bruta. Pero esto ha cambiado drásticamente. Actualmente ya no es necesario todo este derroche de “generosidad”. Ahora, mediante la Ingeniería Social, han desarrollado un “estado permanente del caos” como el método más eficaz de gobierno para mantener el poder. De ahí que todas las noticias siempre sean negativas.
Esto les ha permitido dejar de asumir responsabilidades con los ciudadanos. De hecho, hoy en día el caos les permite justificar lo injustificable: caos financiero para concentrar el poder en los grandes bancos; atentados terroristas para ejercer una monitorización absoluta sobre las personas y unas deplorables condiciones laborales y sociales para mantener a la población constantemente asustada. Así que, paradójicamente, el caos que simulan combatir es su principal estrategia de control.
Esto no lo digo yo.
Si hay alguien nada sospechoso de ser conspiranoico es Jacques Attali, economista, político, ensayista y escritor francés -de origen judío- y amigo personal de Raymond Barre, Jacques Delors, Philippe Séguin, Jean-Luc Lagardère, Antoine Riboud, y Michel Serres, entre otros, y que, según se dice, fue el creador de Macron. Pues bien. Jacques Attali lo ha dicho claramente, por activa y por pasiva, en sus escritos y conferencias: “Los dirigentes persiguen dos propósitos: el primero crear un gobierno mundial; el segundo, proteger ese gobierno de cualquier atisbo de derrocamiento, a través de un sistema de vigilancia generalizado basado en la total trazabilidad de personas y cosas”. Pues ese sistema de vigilancia generalizado ha sido desarrollado por la Ingeniería Social.
Las masas no son todavía conscientes, pero todo lo que estamos viendo –crisis financieras, desestabilización de países, atentados terroristas, guerras, revoluciones de color y, por supuesto, el “procés catalán”- forma parte del guión escrito desde hace años por esta élite para conseguir su objetivo, que no es otro que el de unificar el mundo.

Esto es lo que ha consiguiendo la Ingeniería Social: mantener a la mayoría de la población en un estado de ansiedad permanente, convirtiéndola en dócil y sumisa, para que actúe y piense de una manera programada sin que ellos mismos sean conscientes.

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