lunes, 16 de agosto de 2021

LA 4ª REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Por si aún no te has dado cuenta, el globalismo, amparado en los gobiernos títeres de cada país, está imponiendo a pasos agigantados una nueva estructura social totalitaria que ha  fulminado de un plumazo todos y cada uno de nuestros derechos fundamentales. Estamos en una carrera en la que con la excusa de una falsa pandemia los globalistas están implementando su agenda, lo más rápido posible, antes de que las masas despierten.

La mayoría de la gente se niega a aceptar que la falsa pandemia sea parte de un plan. Se pregunta, porque no lo entiende, cuáles serían los motivos para querer declarar una falsa pandemia a nivel global. Pues bien. Para entenderlo, es esencial ver el cambio que se está llevando a cabo en nuestra economía que, como sabemos, es el motor de todo lo que se cuece en nuestra sociedad. Y el cambio no es otro que lo que se ha dado en llamar “La 4ª Revolución Industrial”.

Hasta hoy ha habido tres revoluciones industriales. La primera se produjo en el año 1769, cuando Watt patentó la máquina de vapor. La segunda, entre 1870 y 1914, con la llegada de la electricidad, nuevas energías y nuevos materiales. Y la tercera, la que dio origen a la informática y a Internet, tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX.

Bueno. Pues ahora, para quien no lo sepa, estamos de lleno en la 4ª Revolución Industrial, auspiciada por la Inteligencia Artificial (IA). Pero esta nueva revolución industrial viene con un gravísimo problema añadido, y es que no cuenta con la mayoría de nosotros. Por eso, uno de los puntos clave de este plan es arruinar las economías locales, destruyendo los pequeños negocios.

En el año 2016, el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, definió la 4ª Revolución Industrial como la fusión de los sistemas biológicos, tecnológicos, físicos y digitales. En otras palabras, la fusión del hombre con la máquina (en EEUU la FDA ya ha aprobado el uso del chip cerebral en humanos).

Como es lógico, y viendo la realidad del mundo en que vivimos -con más del 60% de la población mundial medio analfabeta y sin acceso a la tecnología-,  este complejo nuevo paradigma no estará al alcance de todo el público, sino que será para una minoritaria élite, muy específica, y para unos cuantos millones de personas escogidas por sus habilidades, actitudes y otras cualidades. 

Kay-Fu Lee, antiguo presidente de Google en China, escribió un libro titulado “Superpoderes de la IA, China, Silicon Valley y el Nuevo Orden Mundial”. En él se dice que China será una superpotencia de la IA en 5 años, y que, ¡ojo al dato!, la sustitución de los puestos de trabajo por robots será llevada a cabo en tan solo 10 años (eso mismo ha ratificado Jeff Bezos, quien ha asegurado que en 10 años no habrá ninguna persona trabajando en Amazon).

Si la IA acabará con prácticamente con todos los trabajos conocidos -desde barrenderos, conductores, médicos, ingenieros, etc.-, entonces, ¿qué haremos los humanos? ¿Dónde encajamos en este nuevo paradigma?  

Veamos lo que nos espera a raíz de esta nueva situación.

Para la élite -esa que verdaderamente gobierna el mundo- nosotros, el “populacho”, somos una plaga que se multiplica por todo el planeta. Durante siglos nos han estado soportado simplemente porque éramos útiles: labrábamos la tierra, construíamos carreteras, puentes, edificios o ejercíamos de médicos, Ingenieros, obreros, soldados y policías a su servicio. Pero con la inminente llegada de la IA (muchísimo más avanzada de lo que la gente corriente cree) y la implementación de la 4ª Revolución Industrial, esto se acabó.

La IA va a crear a nivel global una enorme clase social inútil; esto no es discutible. Entonces, la pregunta es: ¿Y qué se va a hacer al respecto? Pues o el Sistema se hace cargo, con todo lo que conlleva el mantenimiento de una población de miles de millones de personas ociosas, o mucho me temo que esa enorme clase social inútil está abocada a desaparecer de la faz de la tierra.

Piénsalo bien. Con la irrupción de la IA en nuestra sociedad el mundo se ha dado la vuelta. En esta nueva era, el “populacho” (antes imprescindible para realizar toda clase de trabajos) ya no es necesario, habiéndose convertido en una rémora para el Nuevo Sistema. Por lo tanto, no es descabellado pensar, a tenor de las barbaridades que estamos viendo en la supuesta gestión de la falsa pandemia, que esa élite, en connivencia con los gobiernos títeres de turno, haya decidido deshacerse del “populacho”. Y mucho me temo que en eso estamos.

No crees que el hombre sea capaz de tal vileza, ¿verdad? Pues recuerda el Holocausto Judío, la Gran Purga de Stalin, la hipócritamente llamada “Revolución Cultural” de Mao Zedong, el Genocidio Camboyano de Pol Pot o el de Ruanda. Todos considerados crímenes de lesa humanidad, donde fueron masacradas millones de personas.

La 4ª Revolución Industrial es una amenaza muy seria para la clase trabajadora. Nuestro mayor enemigo ahora mismo no es el Sars-Cov-2 (si es que verdaderamente existe), sino los Gobiernos y toda la clase política, en general, que son los que nos están llevando a la ruina moral, física y económica.

Pero para derrocar a estos Gobiernos ilegítimos, que están machacando a sus propios gobernados, es imprescindible contar con la colaboración de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Fuerzas, por otra parte, que son del pueblo, pero que defienden los intereses del poder y no los del pueblo que, paradójicamente, son ellos mismos.

¡Ah! Y que nadie entienda esto como un golpe de estado. Simplemente con que las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado hicieran alguna dejación de sus funciones como, por ejemplo, que renunciaran a hacer cumplir todas esas estúpidas restricciones que han acabado con nuestros derechos fundamentales, sería más que suficiente.

Desde hace décadas, una red global de instituciones público-privadas ha asumido unilateralmente el mandato de la gobernanza mundial sin que nos hayamos percatado de ello. Bajo su administración se está transformando el sistema social, sanitario, económico, monetario y financiero internacional con tres grandes propósitos: reducir drásticamente la población mundial, concentrar aún más la riqueza y aumentar de una forma enfermiza el control sobre la gente.

Si no sabes nada del Club Bilderberg, del Consejo de Relaciones Exteriores, del Comité de los 300, del Club de Roma, de la Masonería,…. Si no conoces a los Rothschild, Morgan, Warburg, Rockefeller, Lazard, Kuhn Loeb, Carrigan…. Si no has oído hablar de BlackRok, Wanguard Group, Charles Schwab, State Street, JP Morgan,…. Y si tampoco sabes realmente cuál es el cometido de la ONU, la OMS, el FEM, la OTAN, el FMI, etc., es que realmente no sabes de qué va esto. Pero no te estoy llamando ignorante, puesto que la mayoría de los mortales tampoco sabemos nada de ellos. A lo sumo hemos oído hablar de alguno, pero desconocemos realmente sus verdaderas intenciones, aunque podemos imaginar algunas.

El tiempo va pasando y el plan sigue su curso. Y aunque la mayoría de la gente sigue en zombilandia, quiero creer que, al final, son seres inteligentes y tarde o temprano reflexionarán. Eso mismo debe pensar la clase política y los medios de comunicación, que parecen estar desesperados ante un hecho más que evidente: cada vez es menor el número de personas a las que consiguen engañar con su absurdo relato. Por eso cada día imponen nuevas estúpidas restricciones sin ningún sentido, ya que van siendo más las personas que no se creen una sola palabra de lo que les están contando y van teniendo cada día más claro cuál es el objetivo final de todo esto.

Para terminar, una frase que he leído por ahí: “La progresiva degeneración de la especie humana se percibe claramente en que cada vez nos engañan personas con menos talento”. Y no le falta razón, ¿no crees? 

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