Advertencia: las siguientes líneas no pretenden asustar ni convencer a nadie, sólo es
información que no se difunde a través de los medios convencionales de
comunicación. Luego, cada cual lo tome como le parezca.
Llevamos unos cuantos meses inoculando a
toda la población mundial las famosas “vacunas” de ARNm. Evidentemente, cuantas
más personas son inoculadas más efectos secundarios se descubren y hay más
capacidad de estudiar el fenómeno.
En un artículo de
investigación titulado "SARS-CoV2 Spike Impairs DNA Damage Repair and
Inhibits V(D)J Recombination In Vitro" -Leído en afinalwarning.com- se asegura que la proteína espiga de la
vacuna ARNm penetra en los núcleos celulares, suprime el motor de reparación del
ADN y desencadena una explosión de cánceres, inmunodeficiencia, trastornos
autoinmunes y envejecimiento acelerado.
El artículo.pdf, en cuestión, está escrito por Hui Jiang y
Ya-Fang Mei, del Departamento de Biociencias Moleculares del Instituto
Wenner-Gren, Universidad de Estocolmo, SE-10691 Estocolmo, Suecia, y del
Departamento de Microbiología Clínica, Virología, Universidad de Umea, SE-90185
Umea, Suecia.
En la conclusión
del artículo los autores escriben:
"Encontramos que la proteína espiga inhibe
notablemente la formación de focos de brca1 y 53bp1. Juntos, estos datos
demuestran que la proteína espiga de longitud completa de Sras-Cov2 inhibe
la reparación del daño del ADN al impedir el reclutamiento de la proteína
de reparación del ADN".
En el estudio se
describe que todos los seres vivos disponemos de un mecanismo de reparación del
ADN que se conoce como NHEJ (Non-Homologous End Joining): una especie de
sistema de “respuesta de emergencia” intracelular que repara las roturas
del ADN. Evidentemente, sin este mecanismo ningún ser vivo puede sobrevivir si su
código genético deja de estar protegido.
El ADN puede ser dañado
por varias circunstancias: exposición a la radiación solar, a sustancias
químicas que se encuentran en los alimentos y productos de cuidado personal o
limpieza, campos electromagnéticos, etc.
Por supuesto, en
una persona normal y sana el mecanismo NHEJ repara el ADN sin el menor
problema. Pero en presencia de la proteína espiga de la “vacuna” de ARNm la
eficacia de la NHEJ se suprime hasta en un 90%, lo que significa que es
incapaz de hacer su trabajo.
Como consecuencia,
se introducen los siguientes “errores” en los cromosomas dentro de los núcleos
de las células humanas:
-Mutaciones o
"errores" en la secuencia genética.
-Supresión de
segmentos enteros del código genético.
-Inserciones de
segmentos incorrectos.
-Mezcla y
emparejamiento/permutaciones del código genético.
Estos errores dan
lugar a:
-Una explosión de
cánceres y tumores cancerígenos en todo el cuerpo.
-Inmunodeficiencia
inducida.
-Trastornos
autoinmunes.
-Pérdida del
funcionamiento de sistemas orgánicos complejos como el circulatorio,
neurológico, endocrino, musculo-esquelético, etc.
Muchos de estos
efectos son, por supuesto, fatales. Otros ocasionarán lesiones y disfunciones
de órganos que requerirán de un tratamiento médico de por vida.
Muy posiblemente,
la exposición a radiaciones electromagnéticas (tipo 4G, 5G, 6G), a las
radiaciones ionizantes o el contacto con productos químicos, causarán estragos
en aquellos que hayan recibido las “vacunas” de ARNm.
El horrible
resultado de este descubrimiento, es que todas aquellas personas que hayan sido
inoculadas con cualquiera de las “vacunas” de ARNm sufrirán una supresión de la
reparación del ADN, con grandes amenazas para su salud. Todos serán incapaces
de reparar los daños en el ADN causados por las exposiciones.
En resumen, el
artículo sugiere que el NHEJ desempeña un papel primordial en la prevención del
aumento de la inestabilidad genómica y el deterioro funcional relacionados con
la edad. Esto significa que la supresión del mecanismo de reparación del ADN,
NHEJ, también conduce a una vida útil reducida y a un envejecimiento acelerado.
Por lo tanto, y según algunas estimaciones, el 50% de las personas inyectadas
con las “vacunas” de ARNm están en peligro de morir en los próximos cinco años.
¿Exagerado? Ahí lo dejo.
Pero hay más.
Un exhaustivo
estudio de los investigadores
del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Stephanie Seneff y Greg Nigh,
publicado en 2021 en la revista International Journal of Vaccine Theory, alerta
acerca de los riesgos de las "vacunas" de ARNm producidas por Pfizer
y Moderna.
Según los
autores, los principales efectos graves, y potencialmente mortales que están
causando estas "vacunas", tienen que ver con la aparición de casos
graves de Covid-19, fruto de la potenciación de anticuerpos (ADE). Entre otros,
están provocando: efectos de autoinmunidad, hemorragias, accidentes cerebro-vasculares;
trombosis, coagulación, enfermedad inflamatoria multisistémica, afectación de la
función reproductora, activación del herpes zoster latente en el cuerpo,
enfermedades priónicas y, por supuesto, la posibilidad de contagiar a los no
vacunados.
Otro estudio del
Instituto Salk titulado "La nueva
proteína espiga del coronavirus desempeña un papel clave adicional en la
enfermedad",
muestra que la proteína espiga daña las células, confirmando que el Covid-19 es
una enfermedad principalmente vascular. El artículo plantea cuestiones sobre
las nuevas vacunas que contienen miles de millones de proteínas espiga que
podrían aumentar en gran medida las posibilidades de enfermedad grave o la
muerte.
Bueno. Estos son
solo una muestra de los innumerables estudios que se han llevado a cabo al
respecto que, como no podía ser de otra manera, son sistemáticamente ignorados -en
el mejor de los casos-, cuando no censurados, difamados o ridiculizados.
Mientras esto
ocurre, todos los gobiernos genocidas del mundo siguen haciendo campañas a
favor de las “vacunas” y coaccionando a sus ciudadanos para ser inoculados.
Después de muchas
investigaciones, como estas, ya disponemos de un conocimiento más profundo de
los mecanismos que ocasionan los estragos y las muertes inducidas por las “vacunas”.
Muchos médicos y
biólogos -sin conflicto de intereses y poniendo en riesgo su carrera- llevan advirtiendo
desde hace meses que las inyecciones supuestamente anti Covid-19 reactivarán,
agravarán y precipitarán patologías pre-existentes que los inoculados ya tienen.
Por lo tanto, no vale decir, como estamos oyendo, que esas personas han muerto
porque ya padecían un cáncer o cualquier otra enfermedad. Aunque lo cierto es
que muchos llevaban años padeciéndolas, qué causalidad, perdón, “casualidad”
(en qué estaría yo pensando) que fallezcan justo ahora después de haber
recibido la “vacuna”. Así que, cuando nos digan: “no fue por la “vacuna”, ya padecía esa enfermedad”, deberíamos
preguntar: ¿Cómo lo saben?
Entre tanto, todo
va cobrando sentido y parece que las “vacunas sí funcionan” y están haciendo
su trabajo. Ahora se entiende mejor la insistencia en vacunar a toda la
población mundial, incluso a la fuerza si es preciso, como así se ha
pronunciado el presidente de la Orden de Médicos de Austria, Thomas Szekeres,
llegando a decir: “Había que pensar en
cómo aplicarlo (refiriéndose a la obligatoriedad). Quiero decir, ya surge la
pregunta de si atas a alguien y luego le das la inyección”. O el Presidente
de Cantabria, en España, que dice que hay que “vacunar” a todos los ciudadanos
quieran o no quieran.
La gente
probablemente se haya olvidado de que los únicos tres países que se negaron en
rotundo a la “vacuna” fueron Haití, Tanzania y Burundi, y que, curiosamente, el
Presidente de Haití fue misteriosamente asesinado y los presidentes de Tanzania
y Burundi murieron repentinamente en extrañas circunstancias. ¿De verdad crees
que fue casualidad?
Acabamos de
entrar en la estación otoñal y todo parece indicar que con el retorno al frío
vuelta a empezar: subida de los contagios y regreso a las restricciones. ¿Lo
vamos a volver a consentir? ¿En serio?
Atentos a la
gilipollez: en un país con el 90% de la población vacunada nos cuentan que los
hospitales se llenan de personas no vacunadas, mientras que el Ministerio de
Sanidad informa que solo hay un 1,82% de camas ocupadas por Covid y 4,90% en
UCI (datos del 16/11/2021). ¿Pero qué tiene la gente en la cabeza? ¿Serrín?
En Austria, se ha
confinado a los no vacunados (elemental, ya que más del 35% no se quiere “vacunar”).
En Francia, hay que usar el pasaporte Covid hasta para ir a cagar, con perdón
por la grosería (más de lo mismo: la gente tampoco se quiere “vacunar”). Y así
ocurre en todos los países reacios a pasar por la aguja. ¿De verdad no te das
cuenta de que el objetivo de todo esto no es otro que el de “vacunar” a toda la
población mundial?
Los datos son tan
elocuentes y la mentira es tan burda que es hora de preguntarse: ¿Hasta cuándo
vamos a seguir mirando hacia otro lado?
Ya sabemos que la
televisión no hace otra cosa que amenazar con que si no te pones la “pócima”
serás excluido socialmente; es decir, que dejarás de pertenecer a esta sociedad
de borregos y lameculos. Pues encantado de la vida.
Personalmente, no
tengo el más mínimo interés en pertenecer a una sociedad donde el 80% (y me
quedo corto) son un atajo de cobardes cagados de miedo que lo único que saben
hacer es repetir las consignas de la puta televisión y rendir pleitesía a unos políticos
corruptos que nos están arruinando la vida.
Una sociedad envenenada
física y mentalmente, esclavizada por el poder financiero, manipulada y tratada
como imbécil por los medios de comunicación y que permite la tortura de sus
propios hijos y el asesinato en masa de sus mayores, no merece la pena derramar
el más mínimo esfuerzo por ella.
Pero lo más
triste, es que a estas alturas de la película esos lameculos siguen depositando
sus esperanzas en las falsas democracias y en los partidos políticos. Piensan
que si cambia el color del Gobierno todo se arreglará. Y así nos va, claro.
Este atajo de cobardes
han consentido sin el más mínimo pudor innumerables ilegalidades: primer y
segundo estado de alarma, toques de
queda, cerrojazo del parlamento, limitación del derecho de reunión y movilidad,
trágala con la existencia de un comité de expertos que nunca existió y de los
informes técnicos para la desescalada que tampoco existieron. Todo,
absolutamente todo ILEGAL, como así ha sido reconocido oficialmente por los
altos tribunales de este país.
Las masas -que han
aceptado sin rechistar, y lo siguen haciendo, las consignas del poder- no se
hacen preguntas, no buscan alternativas y no se cuestionan absolutamente nada,
por muy lesivo que pueda resultar para ellos o para sus propios hijos.
Así que mi
pregunta es: ¿dónde vamos con esta panda de tarados mentales? A ningún sitio, evidentemente.
Definitivamente, es una sociedad patética y no tiene solución. Por lo tanto, se merece muy mucho lo que le va a ocurrir. No así la poca gente decente que, lamentablemente, entra en el mismo paquete. Lo siento mucho por estos últimos.
de acuerdo 100%.
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