Si nos quitamos
la venda de los ojos, dejamos de mirar donde no tenemos que mirar y ponemos
nuestro foco de atención en lo que verdaderamente importa, entonces nos daremos
cuenta de que estamos viviendo el mayor engaño jamás perpetrado en la historia
de la humanidad.
Que en estos
últimos 20 meses el mundo ha cambiado, nadie lo duda. Sin embargo, parece que
muy poca gente es consciente de que se avecina una crisis de dimensiones
desconocidas.
Hasta ahora, las
últimas crisis han beneficiado a los grandes fondos de inversión y, sobre todo,
a las tecnológicas, que se han convertido en las gestoras del bien más preciado
que poseemos los humanos: nuestro tiempo.
Entre las
empresas tecnológicas digitales más grandes y poderosas del mundo se encuentran
Apple, Google, Amazon, Microsoft y Facebook. Para tu información, te diré
que el valor de mercado de estas cinco empresas representa la asombrosa cifra
de 9,5 billones de dólares. A modo de comparación, y para que te hagas una
idea del poderío de tan descomunal oligopolio, el PIB junto de Alemania,
Francia e Italia es de 8,6 billones de dólares.
Entre los grandes
fondos de inversión tenemos a BlackRock, Vanguard Group, State Street y
Fidelity. Solo estos cuatro monstruos administran actualmente una cartera
de 23 billones de dólares, muy superior a los 15,7 billones de dólares del PIB
del año pasado de los 28 países miembros de UE.
Lo del enorme
poder de los fondos de inversión no nos sorprende, pero, ¿cómo han llegado a
ser tan poderosas las tecnológicas digitales? Pues porque controlan cientos de
miles de empresas en el mundo, que les asegura un seguimiento permanente de su
flujo de datos, y ya sabemos que hoy en día los datos son oro. De esta manera
es como la industria digital se ha convertido en un “tumor cancerígeno” que, a
lo largo de los años, ha extendido su metástasis por todas las ramas de la
economía y el comercio mundial, los ha hecho dependientes y ahora los domina
por completo.
De la asociación
de un enorme poder económico con una base de datos de dimensiones inimaginables
ha surgido un “gigantesco monstruo de 7 cabezas” muy poderoso: el Complejo
Financiero Digital.
Para hacernos una
idea de por dónde van los tiros, BlackRock cuenta con un sistema de análisis de
datos que abarca más de 40 años. Por lo tanto, es la mayor base de datos de
información financiera que el mundo haya visto jamás. El poderío de BlackRock
es tan enorme, que incluso se permite el lujo de asesorar a los bancos centrales
como son el caso de la Reserva Federal de EEUU o el Banco Central Europeo.
Visto lo visto, ahora
es fácil adivinar quién depende de quién, quién da las órdenes y quién
verdaderamente ejerce el poder, ¿no crees?
Teniendo en
cuenta estos hechos, no se necesita ser muy listo para darse cuenta de que el Complejo
Financiero Digital se ha convertido en el centro de poder global. Este poder se
sitúa muy por encima de todos los Gobiernos del Planeta, por lo que está en condiciones
de someterlos a su voluntad.
Actualmente, sin la
aprobación de este gran “monstruo financiero digital” aquí no se mueve ni Dios.
Por lo tanto, toda la trama de la falsa pandemia ha sido diseñada por este
poder global, dándose una curiosa paradoja: los métodos utilizados por el
Complejo Financiero Digital, durante la falsa pandemia, están socavando el Sistema
del que él mismo se beneficia.
Porque si
destruyen a las clases medias (como están haciendo), que son las que realmente
pagan impuestos, tienen la mayor cantidad de puestos de trabajo y consumen; si provocan
inflación y revientan la paz social, lo que verdaderamente están consiguiendo es
acabar con la gallina de los huevos de oro que tantos beneficios les ha proporcionado.
Entonces, ¿cómo se come esto?
En mi modesta
opinión, y por muy extraño que nos parezca, el Complejo Financiero Digital no
tiene más remedio que hacer precisamente lo que está haciendo si quiere “salvar
su culo”.
Lo que estamos
viviendo no es solo un robo de dinero a las clases medias, que también, sino un
gigantesco gesto de desesperación, posiblemente el más grande que se
haya experimentado jamás en la historia de la humanidad.
El Sistema al que
debe su existencia el Complejo Financiero Digital ya no puede mantenerse en pie
con las artimañas empleadas hasta ahora. Ya estuvo cerca de colapsar durante la
crisis financiera de 2008, pero gracias a que los gobiernos movilizaron miles
de millones de euros de los impuestos de los ciudadanos, para rescatar a los
bancos, y a la inyección de enormes cantidades de dinero, por parte de los
bancos centrales, el Sistema se dio un respiro, temporal, naturalmente. Lo que
ha venido desde entonces es un incremento continuo de la oferta monetaria con
una bajada de los tipos de interés hasta llegar a cero, lo que han hecho al
Sistema cada vez más inestable. Y, claro está, esto no puede
terminar bien.
Es por esto que
en la actual situación el Complejo Financiero Digital solo tiene dos
alternativas: una, pactar con los agentes sociales la implementación de un
nuevo Sistema más justo (solución descartada porque implicaría la pérdida de
sus privilegios), y la otra, saquear el antiguo Sistema -ahora definitivamente
condenado a muerte-, que es exactamente lo que se está llevando a cabo desde
marzo del año pasado: la destrucción deliberada y consciente de la economía
mundial, con el único propósito de implementar el nuevo Sistema confeccionado
por el FEM y los bancos centrales. En definitiva, llevar a cabo el Gran Reinicio, que implica destrozarlo
todo para cambiar radicalmente la sociedad y sus estructuras.
¿Y cómo va a ser
el nuevo Sistema? Pues ya lo sabemos: completa desaparición del dinero en efectivo,
el final los bancos tal y como los conocemos y la introducción de la moneda
digital programable de los bancos centrales.
Esto permitirá al
Estado monitorear todas nuestras transacciones, obligarnos a gastar nuestro
dinero dentro de un período específico de tiempo o gastar solo en ciertos bienes
y servicios. Pero sobre todo, permitirá al Estado ejercer el control absoluto
sobre nuestro dinero, de tal manera que en cualquier momento le será posible desconectarnos
económicamente.
Mi pregunta es:
¿tú quieres esto? Pues sigue callado obedeciendo y lo tendrás.
La moneda digital
programable de los bancos centrales se va a convertir en el mecanismo de
control social más eficaz que haya existido jamás en la historia de la
humanidad. Es la dictadura perfecta del dinero.
¿Y cómo lo harán?
Pues hundiendo la economía para provocar el caos. De esta forma, luego
presentarán la nueva moneda digital –probablemente a modo de renta básica
universal- como la única solución para resolver todos los problemas.
Se dice que no
hay más ciego que el que no quiere ver. Pues bien. Ya sabemos que el Gran Reinicio
está promovido por el FEM, por lo tanto, no es una mera coincidencia que los
“Líderes Globales de hoy” recibieran formación por parte del mismísimo Foro
Económico Mundial. Estas personas ocupan ahora mismo los puestos más relevantes
del poder. En el sector digital tenemos, por ejemplo, a Jeff Bezos (Amazon),
Bill Gates (Microsoft) o Jack Ma Yun (Alibaba). En el de las finanzas a Larry
Fink (BlackRock), Kristalina Georgiewa (FMI) o Mark Carney (exdirector del
Banco de Inglaterra). Y en la política a Emmanuel Macron (Presidente de
Francia), Sebastian Kurz (Ex Canciller de Austria) o Angela Merkel (Canciller
de Alemania).
Por supuesto hay
muchos más. Se trata, a groso modo, de una élite gobernante de unos 1.300
miembros que mueven los hilos en todo el planeta. A esta élite gobernante hay
que añadirle unos 10.000 “moldeadores sociales globales”, menores de 30 años,
que están ejerciendo su influencia en todo el mundo en la dirección que más les
conviene al FEM: son los llamados “influencer”.
Para todo aquel
que a estas alturas no sea consciente de que lo que hemos vivido, y seguimos
viviendo, no es más que un plan para llevar a cabo una reestructuración total
de la sociedad y, además, quiera saber cómo se va a organizar el mundo, debería
echar un vistazo a los trabajos del fundador del Foro Económico Mundial, Klaus
Schwab, y verá la similitud con lo que está pasando.
Este plan no es
flor de un día, ya que lleva décadas implementándose. Pero es a raíz de los
atentados del 11 de septiembre cuando empezaron las grandes mentiras oficiales
y la persecución, difamación y ridiculización de los que buscan la verdad. Porque,
seamos realistas. Todos aquellos científicos, médicos, periodistas, políticos, economistas,
policías y testigos de primera línea que callan, es porque tienen un buen
motivo para hacerlo: un trabajo estable, familia a la que proteger, una carrera
que no desean que se acabe o simplemente conflicto de intereses. Saben que si hablan
les espera un “acoso y derribo” que va desde la pérdida de empleo hasta la
propia vida. Y no es una exageración. Así es como funciona esta gente: “o estás
con ellos o contra de ellos”.
Que el mundo necesita un “Gran Reinicio” es evidente, pero no a la manera de Klaus Schwab y sus secuaces, que solo quieren seguir manteniendo sus privilegios a cambio de la esclavitud total de la humanidad.
alguien dijo en el 90...el capitalismo a vencido al comunismo y ahora se devorará a si mismo.
ResponderEliminar