Bueno, pues ya está aquí. Llevo meses
advirtiéndolo y, aunque siempre he tenido la esperanza de equivocarme, va ha
ser que no, que tenía razón. Y no es que me considere más listo que los demás,
simplemente he seguido los acontecimientos y estudiado un poco a la clase
política y financiera. Son tan previsibles que, la verdad, no me ha resultado
tan difícil. Ellos tienen un manual y lo siguen a rajatabla. Su manual dice:
ante el dolor de cabeza tómese una aspirina, y es lo que aplican, ni siquiera
se plantean utilizar paracetamol u otro analgésico similar. No, porque no está
en el manual y punto.
Otra cosa es que tengan razón.
Ya he explicado hasta la saciedad que el
sistema monetario es una de las estafas de manipulación social más
ingeniosa jamás creada por el hombre.
Si hacemos memoria, en este país hace unos
años nadábamos en la abundancia, o eso decían los mismos que dicen hoy lo
contrario. Teníamos superávit. Nuestra deuda pública no llegaba al 35 % del PIB
y nuestra prima de riesgo tampoco alcanzaba los 100 puntos básicos. Pues bien.
¿Y cómo hemos llegado a ser rescatados? Pues para entenderlo hay que tener
presente cómo se crea el dinero en nuestro sistema monetario.
El dinero se crea del endeudamiento a través de préstamos. Esos
préstamos están apoyados en las reservas bancarias, y las reservas derivan de
depósitos. Y mediante el Sistema de Reserva Fraccionaria, cualquier depósito
puede producir nueve veces el valor original, y así es como se crea y se
expande el dinero (esto se explica en el documento publicado por la FED
“Mecánica Moderna del Dinero” donde se detalla la
práctica institucionalizada de la creación del dinero, tal y como la utiliza la
Reserva Federal y el resto de bancos centrales y la red de bancos comerciales
que soporta). A su vez, devaluar la oferta de dinero aumenta los
precios en la sociedad y, como todo el dinero es creado por el
endeudamiento y circula al azar a través del comercio, las personas cada vez se
van alejando más y más de su deuda original, creándose un desequilibrio donde
las personas son forzadas a competir por un trabajo para poder sacar dinero
suficiente de la oferta de dinero y cubrir sus necesidades de vida.
Tan disfuncional y retrógrado como esto pueda parecer, hay todavía una
cosa que se ha omitido en la ecuación, que es un elemento estructural que
revela la naturaleza realmente fraudulenta del sistema en sí mismo: La
aplicación de intereses.
Cuando un gobierno pide prestado dinero, o cuando una persona le pide
prestado a un banco, casi siempre lo tiene que devolver con un interés
primario. En otras palabras, casi cada euro existente debe ser finalmente
devuelto al banco con intereses. Pero, si todo el dinero es prestado por los
bancos centrales y se expande por los
bancos comerciales a través de préstamos, sólo lo que denominamos el
“principal” ha sido creado en la oferta de dinero. Así que entonces, ¿dónde
está el dinero para cubrir todos los intereses cargados? En ningún sitio,
simplemente no existe.
Las ramificaciones de esto son asombrosas, ya que la cantidad de
dinero que se debe a los bancos siempre excederá a la cantidad de dinero que
está disponible en circulación. Por eso la inflación es una constante en la
economía. Porque siempre hace falta nuevo dinero para cubrir el perpetuo
déficit inherente al sistema causado por la necesidad de pagar intereses.
Esto también significa que matemáticamente
los impagos y las bancarrotas son literalmente parte integral del sistema y
siempre existirán los pobres bolsillos
de la sociedad que sufrirán la peor parte del mismo.
Bueno, pues dicho esto, está claro que esta vez nos ha tocado a nosotros ser los pobres bolsillos de la sociedad que
vamos a sufrir las consecuencias de esta estafa.
Esto, además de estar de antemano planificado, se ha hecho con
nocturnidad y alevosía ya que fijaros que curioso.
Este fin de semana empieza la Eurocopa, juega Nadal la final de Roland
Garros y Alonso corre en Canadá y parece que tiene buen coche. Pues eso, que
aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, va el ministro de economía y,
mientras la gente está pendiente de la puta tele, anuncia el rescate a España,
aunque lo llama de otra manera y dice que
no es un rescate y que sólo le afectará a la banca y no a los ciudadanos. Está
claro que este señor piensa (y creo que con razón) que nos hemos caído de su
apellido.
La pregunta es: ¿pagaremos los ciudadanos
el rescate?
Definitivamente sí. Y lo explicaré.
Ese dinero ingresará en las arcas del
estado a través del FROB, pero no nos dejemos engañar, el FROB es el estado. El
dinero computa como deuda, no como déficit. Y las entidades que
reciban préstamos del FROB tendrán que devolver ese dinero al Estado español.
Pero esto no significa que el rescate sea
gratuito para los ciudadanos. Desde este mismo año, los intereses que
el Gobierno pague por esa deuda computarán como déficit, lo que significa
que hará falta un nuevo ajuste para sacar más dinero y pagar
esos intereses a Europa.
El tiempo será testigo, pero ni va a subir
la bolsa, ni bajará la prima de riesgo y mucho me temo que jamás podremos pagar
esta odiosa deuda que lo único que hará es hundirnos en la miseria.
Lo que nos espera es más subida de
impuestos, empezando por el IVA, retraso en la edad de jubilación, bajada de
las pensiones y prestación por desempleo, etc., etc.
Y mientras tanto los ciudadanos preocupados
por defender la mierda de trabajo que tienen y encantados de haber comprado su
casita de mierda, que les ha costado un ojo de la cara, y planificando dónde
van a viajar en las próximas vacaciones
de mierda; en fin, haciendo todo eso para lo que han sido programados.
¡Ah!, y claro está, y
diciendo que esto son gilipolleces, que no merece la pena preocuparse, o que no
se puede hacer nada. Y así nos va, precisamente por no hacer nada.