No sé porque la gente, en general,
tiene tanto miedo a salir del euro.
Últimamente se cierne sobre Grecia
esa amenaza al igual que ahora sobre España. Paul Krugman, premio Nobel de
Economía en 2008, no hace más que repetirlo.
Sinceramente no sé que será mejor.
Si sufrir una ruina total del país vendiéndolo a trocitos y estar a expensas de
lo que decida Alemania o salir del euro y de la unión europea y comenzar de
nuevo.
Ambas cosas requerirán un gran
sacrificio de los ciudadanos pero para mí, sin ninguna duda, lo mejor sería la
segunda opción.
Pondré un ejemplo: Es como una
pareja que lleva 20 años de matrimonio, en el que ya no hay amor, respeto ni
cariño y que únicamente les une los hijos, la casa, las familias, etc., aunque
todo es una ruina y la situación es cada vez peor. Pues bien. Tienen dos
opciones. La primera es seguir con la farsa y aguantarse mutuamente hasta la
muerte, llevando una vida indudablemente desdichada o, la segunda opción, que
sería la de separarse y comenzar de nuevo.
Optar por la segunda opción siempre
es más difícil ya que el hombre es un animal de costumbres y reacio por lo
general a los cambios pero, según todos los estudios y encuestas referidos a
este tema, se ha comprobado que prácticamente siempre es mejor empezar de
nuevo.
Si nos quedamos en el euro y se
siguen aplicando las políticas neoliberales de la Sra. Merkel, estamos abocados
a un empobrecimiento general de la población y a unos recortes sociales de tal
envergadura que afectará a una o dos generaciones enteras, para después
convertirnos en un país dominado por una minoría bien acomodada y el resto una
masa aborregada y sumisa de gente trabajadora mal remunerada. De lo contrario,
si salimos del euro, dejamos de pagar la “odiosa deuda” (que no olvidemos que
nosotros no hemos generado) y empezamos de nuevo, probablemente nos llevará de
5 a 10 años levantar cabeza, pero al final seremos nosotros los protagonistas
de nuestro propio destino.
Ya sé que las amenazas, si salimos
del euro, son muchas; que si nadie nos va a financiar, que no tendremos dinero
para comprar petróleo y otras materias primas, que no podremos salir solos de
esta situación. Pues no, eso simplemente
es mentira. Es la utilización de la estrategia del miedo. La historia reciente
está llena de ejemplos de países que se revelaron y salieron adelante.
Tenemos, como cualquier otro país,
el mayor potencial que son nuestros 46 millones de personas (eso es mucha masa
gris) además de nuestros recursos naturales, entre ellos el sol.
No voy a hacer aquí una tesis de
cómo organizar un estado pero sí dar algunas pautas para que veáis que no es
tan difícil; que otro mundo mejor es posible, aunque unos pocos afortunados, a
los que les va bien, prefieran este.
Al salir del euro y vivir en un
sistema monetario, lo primero que tendremos que hacer es crear nuestra propia
moneda (ya sabes, inventada, como todas) con lo cual podremos fabricar todo el
dinero que queramos y darle el valor que se nos antoje; eso sí, únicamente la
usaremos como instrumento de intercambio de bienes y servicios entre nosotros,
ya que internacionalmente, en principio, seguro que no la aceptarán. Pues bien.
De esta manera pondremos a todo el mundo un salario digno y no abusivo por los
servicios prestados a la sociedad (que no por el trabajo, tenemos que desechar
ese término) de tal manera que todo el mundo tenga cubiertas sus necesidades
con holgura (léase bien que he dicho necesidades y no lujos ni gilipolleces)
Sí, ya sé lo que estaréis pensando
¿y con qué dinero vamos a importar aquellos recursos de los que no disponemos?
Pues, entre otras cosas con la moneda extranjera que recibiremos por nuestra
principal fuente de ingresos que es el turismo y nuestras exportaciones, que
pueden ser muchas.
Lo segundo y más importante es
encauzar todo el esfuerzo posible en educar y formar con la mayor calidad a
todo el mundo y utilizar el máximo recurso de masa gris (que la hay y mucha) en
I+D+I.
En tercer lugar prescindir de la
clase política y poner al frente del país a los mejores de cada sector, pero
sin privilegios.
Todo lo demás, sanidad, energía,
transporte, cultura, infraestructuras, alimentación, agricultura y ganadería,
etc, etc… no supondría ningún problema, pues con un buen nivel intelectual de
la población sabrían desarrollar cada sector.
Bueno, se me olvida lo más
importante. Todo esto, o algo parecido a esto, sería posible siempre que
nuestra voluntad fuera la de cambiar la forma actual de vivir y lo que eso
conlleva. Es decir. Hacer un ser humano nuevo con valores nuevos y tomando
conciencia de que somos parte de la naturaleza y no, como ahora, los
exterminadores de ella.
Hacer
un mundo diferente del actual no es tan difícil y menos aun con los medios de
que disponemos hoy en día, lo que realmente es difícil es cambiar las ideas de
la gente que está sumida en una gran mentira endémica.