domingo, 30 de abril de 2023

EL SOMETIMIENTO TOTAL A PUNTO DE SER UNA REALIDAD

No es ningún secreto que el actual sistema financiero está en coma profundo. De hecho, estamos asistiendo a constantes cambios estratégicos (subidas de tipos de interés, flexibilización cuantitativa, oleada masiva de nuevos impuestos, etc.) sólo para salvar el culo de los que han provocado semejante Armagedón Financiero. De ahí que el FEM esté empeñado en eso que se ha dado en llamar el “Gran Reinicio”, que no es otra cosa que hacer los ajustes necesarios para que la élite siga estando donde está.

Hay una frase que unos atribuyen a Andrew Jackson (séptimo presidente de los EEUU) y otros ha Henry Ford: “Si la gente comprendiera la injusticia de nuestro sistema monetario y bancario, habría una revolución antes del amanecer”.

Empecemos por algo muy básico. Tanto el BCE, la FED y el resto los bancos centrales no son corporaciones públicas, como la mayoría de la gente cree, sino privadas. Estos bancos centrales operan en un “casino financiero global” y están capitaneados por el Banco de Pagos Internacionales (BPI), que también es privado y no está sujeto a la jurisdicción de ningún Estado.

Vayamos ahora con el dinero. Lo que llamamos dinero es en realidad moneda fiduciaria,  creada de la nada  por los bancos centrales y comerciales, que ha servido hasta ahora para mantener el actual sistema monetario basado en la deuda. Pero este sistema del BPI está agotado. Ellos lo saben, y por eso pretenden reemplazarlo por uno nuevo asentado en las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC).

Atlantic Council, un grupo de expertos de la OTAN en CBDC, informó que actualmente hay 114 países que están desarrollando sus CBDC.

Por otro lado, los medios de comunicación de masas tienen engañado a medio mundo haciéndoles creer que tanto Rusia como China no forman parte del “Gran Reinicio” del FEM. Pero no es así.

Supuestamente, el Banco de Rusia fue suspendido por el BPI y expulsado del sistema SWIFT, por la invasión de Ucrania, según afirman en Occidente los medios de comunicación.  Sin embargo, ni el Banco de Rusia ni el BPI han hecho ninguna declaración oficial al respecto. Además, el Banco de Rusia  figura actualmente como miembro activo del BPI con plenos derechos de voto. Por eso son de dudosa credibilidad, tanto la suspensión del BPI como la expulsión del sistema SWIFT, ya que no tiene sentido que el Banco de Rusia esté desarrollando su CBDC, que es el nuevo sistema que pretende implantar el BPI.

Del mismo modo, el Banco Popular de China, a través del proyecto M-Bridge CBDC, ha estado desarrollando su sistema de pagos internacionales CBDC en coordinación con el BPI.

Imponer un nuevo sistema monetario tan oscuro en tan corto espacio de tiempo no es tarea fácil. Por lo tanto, deben seducirnos con la propaganda adecuada para que lo aceptemos. Nos dicen, por ejemplo, que con las CBDC se realizarán transacciones en  tiempo real casi instantáneamente. Ese es uno de sus mensajes. Sin embargo, no debemos dejarnos engañar por las falsas razones que nos ofrecen los defensores de las CBDC, ya que el objetivo real no es otro que el mantener y mejorar el poder de los de siempre: la élite de banqueros.

Esa élite de banqueros, que controlan los bancos centrales, son los verdaderos diseñadores de la geopolítica internacional, aunque no estén sujetos a ningún mandato “democrático”. Y lo hacen, descaradamente, porque a la mayoría de nosotros nos importa un rábano, pues lo único que nos preocupa y ocupa es trabajar como esclavos para poder pagar las facturas a final de mes.

El hecho de que los banqueros se hayan convertido en los dueños del mundo ha sido posible gracias a nuestra apatía por los temas económicos y financieros. De seguir con esta apatía, aceptaremos ciegamente las CBDC y daremos a los banqueros un poder inconmensurable, si es que no lo tienen ya.

No importa si las CBDC están respaldadas por oro, plata, petróleo o pelos de elefante. Todas las afirmaciones de sus ventajas no son más que quimeras para gente ingenua desinformada. El hecho es que las CBDC brindarán un grado inimaginable de control social a quienes las posean, que, evidentemente, serán los banqueros dueños de los bancos centrales. Así que, a menos que nos hayamos vuelto todos imbéciles (que no lo descarto), no deberíamos dejar nunca que esto llegara a suceder.

Las CBDC programables -probablemente por algoritmos de Inteligencia Artificial- serán capaces de imponer una enmarañada red de restricciones en nuestra vida cotidiana. Actualmente, si el Estado desea encerrar o restringir la movilidad de sus ciudadanos (como hemos podido comprobar recientemente)  necesita algún tipo de legislación y fuerzas represoras para hacer cumplir la ley. Sin embargo, una vez que las CBDC estén operativas, donde estará vinculada nuestra identificación digital, datos biométricos, historial médico, huella de carbono, crédito social y pasaporte de vacunación, entre otras cosas, no necesitarán legislación ni fuerza represora alguna. Simplemente pueden desconectar nuestro dinero digital, para que no pueda ser usado fuera de nuestra zona de restricción, y listo.

De nada sirve creer en el “buenismo” e  imaginar que no serán capaces de hacernos algo así: ya lo han hecho. ¿O es que ya no te acuerdas lo que hemos vivido estos tres últimos años?

Una vez que todos los países adopten las CBDC será fácil unificarlas y tener una moneda única para todos. Y, claro está, cuando consigan imponer la moneda única mundial, y los sistemas comerciales queden a merced del poder global del dinero, el siguiente y último paso será la implantación de un único gobierno mundial.

Y, voilà: “Game over” (juego terminado).

Piénsalo. Si este nuevo sistema monetario se adopta universalmente, las CBDC se convertirán en una red de vigilancia y manipulación omnipresente, capaz de controlar y esclavizar al “populacho” mejor de lo que lo hacen actualmente los gobiernos. Este y no otro es el sueño húmedo de la élite: el sometimiento total de la población mundial hecho realidad. 

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