lunes, 11 de mayo de 2020

ALGUNAS ACLARACIONES SOBRE LA FALSA PANDEMIA DE COVID-19


Mucha gente se preguntará, y con razón, cómo hemos llegado a esto.
Después de la aparición en Wuhan del brote de coronavirus se pusieron en marcha los mecanismos de seguridad mundial, consultando a las máximas autoridades en la materia.
Para hacer frente a la "pandemia", la OMS contempló básicamente dos opciones:
Una, dejar que las personas sigan con sus vidas y desarrollen, a través del contacto, inmunidad de rebaño, como ocurre cada año con la gripe estacional sin necesidad de parar el mundo.
Y la otra, confinar a la población en sus casas para frenar los contagios y con ello arruinar la economía mundial.
Y la pregunta es: ¿Por qué se eligió la segunda opción? Pues porque Neil Ferguson (eminente epidemiólogo y asesor principal de la OMS) predijo una estimación, en el peor de los casos, de 510 mil muertes en el Reino Unido y de 2,2 millones de muertes en los EEUU.
Pero la reputación de Ferguson no es muy buena que digamos y en su currículum figuran diferentes cagadas (con perdón).
Ferguson fue acusado de provocar pánico al sobreestimar el posible número de muertos durante el brote de gripe aviar de 2005: estimó que 200 millones de personas podrían morir, cuando en realidad solo murieron unos cientos.
Ferguson también fue el responsable del sacrificio excesivo de animales durante el brote de la enfermedad de las vacas locas, en 2001. Advirtió que 150.000 personas podrían morir. Después de sacrificar millones de animales al final solo murieron 200 personas.
En 2009, uno de los modelos de Ferguson predijo que 65.000 personas podrían morir por el brote de gripe porcina en el Reino Unido; la cifra final fue inferior a 500.
¿Queréis saber más?
Según el Business Insider, Ferguson fue cofundador, en 2008, del Centro MRC para el Análisis Global de Enfermedades Infecciosas, con sede en el Imperial College. El MRC, es el organismo líder que asesora a los gobiernos sobre brotes de patógenos.
El MRC obtiene decenas de millones de dólares en fondos anuales de la Fundación Bill y Melinda Gates y trabaja con el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) de EEUU, y tiene la tarea de suministrar a la OMS análisis rápidos en problemas urgentes de enfermedades infecciosas.
Y ahora viene el quid de la cuestión: Bill Gates quiere una vacuna para combatir el Covid-19, ya (para eso tiene registrada una patente).
Por otra parte, el mafioso doctor, Anthony Fauci -que condenó al ostracismo a la viróloga, Judy Mikovits, una autoridad en Évola, autismo y vacunas que, además, está desenmascarando la mentira de la pandemia-, es el principal experto en enfermedades infecciosas de EEUU. En una conferencia dada en la Casa Blanca, dijo que podría no haber un "regreso a la normalidad" después de que termine la pandemia de coronavirus. No regresar a la normalidad y nueva normalidad se parecen mucho, ¿verdad?
Recapitulemos.
El dinero de Bill Gates va a Ferguson y éste proporciona a la OMS un escenario aterrador por las muertes que provocará el Covd-19. De esta manera, Ferguson justifica el plan de la vacuna global de Bill Gates.
Evidentemente, los gobiernos (que no saben de nada y solo reciben órdenes del poder global del dinero) se rinden ante la OMS (cuya mayor financiación le viene de la Fundación Bill y Melida Gates) y actúan en función de sus recomendaciones, poniendo en marcha, a escala mundial, un plan de confinamiento de la población. Conclusión: los confinamientos masivos destruyen la economía del planeta.
¿Y cuál va a ser la salida de todo esto? Pues blanco y en botella: una nueva normalidad versus Nuevo Orden Mundial.
¿Verdaderamente crees que estos tíos son idiotas y no saben lo que están haciendo? ¿Crees que no hay intereses en esto y que solo tratan de salvarnos la vida?
Quizás pienses que los gobiernos no pueden ser tan malvados ¿verdad? Pues si es así, háztelo mirar.
Es hora de despertar y encontrar una manera de luchar contra la tiranía que nos han impuesto. Si solo hablamos de lo que está sucediendo, sin hacer nada al respecto, se saldrán con la suya. Actualmente nos encontramos más divididos y alejados (distanciamiento social) que nunca. Y si esta situación se prolonga por más tiempo, el miedo social se hará crónico además de patológico.
De este confinamiento no va a salir nada bueno. No lo dudes. La desconfianza, el egoísmo, la ira, la sin razón, la insolidaridad y todo aquello que nos divide está tomando auge. Y ya sabes el dicho: “divide y vencerás”.
La mejor manera de contraatacar es la desobediencia civil: ignorar el estado de alarma, las normas de desescalada, dejar de usar mascarillas y guantes, salir sin miedo, bañarnos en el mar, abrir los negocios y restablecer las relaciones sociales. En definitiva, volver a la antigua normalidad.
Muchos ya estaréis pensando que soy un inconsciente o algo aún más gordo. Pues bien. La vida, desde que nacemos, es riesgo y todas estas sandeces no lo van a cambiar.
¡Vamos a ver! ¿Hemos parado el mundo por el VIH? no; ¿por el cáncer? no; ¿por la gripe? no. Pues que sepas que todas estas enfermedades han causado más muertes que el Covid-19.
¿Y qué pasa con el modelo sueco? El epidemiólogo, Anders Tegnell (encargado de gestionar la pandemia en Suecia), asegura que un confinamiento más severo no habría salvado ninguna vida, ya que, según apunta, más de la mitad de los fallecimientos por Covid-19 se han producido en residencias de ancianos. Suecia tiene 0.17% de su población infectada con coronavirus y España el 0,53%. No hay color. Suecia no ha sido confinada y España sí. Además, si tenemos en consideración que Suecia nos lleva más de 25 años de ventaja, pues está claro, ¿o no?
La tremenda gilipollez (eso sí, hecha a conciencia) de la desescalada asimétrica es muy esclarecedora: mantener el estado de alarma a toda costa.
España, como el resto del mundo, ya está controlada por el Nuevo Orden Mundial. Porque vamos a ver: ¿Por qué el Gobierno se niega a dar los nombres de los asesores que están marcando el guión de esta “tragicomedia”?
El mundo entero ha perdido su dignidad. Gobiernos, partidos políticos, jueces y demás instituciones han sido anulados por completo. Ya no les queda un ápice de decencia. Todo es sumisión y obediencia ante el estado profundo, poder global del dinero, élite dominante o como lo queramos llamar. Si a esto le sumamos el miedo de los imbéciles, pues tenemos el cóctel perfecto para llevarnos hacia donde ellos quieran. No hay más.

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