Hoy en día
cualquiera que se atreva a criticar el Sistema, y a sacar los trapos sucios de
las instituciones que lo sustentan, es considerado un conspiranoico.
Hay algunas cosas
que en pleno siglo XXI no deberíamos permitir, como parar el mundo por una más
que dudosa pandemia.
¿Y quién ha
decidido pararlo y poner en práctica una serie de medidas nunca antes vistas?
Pues los gobiernos, que siguen al pie de la letra las consignas de una serie de
instituciones supranacionales controladas por los verdaderos amos del mundo.
Esta falsa pandemia
está siendo utilizada para hacer un
tránsito a un nuevo régimen social sin contacto humano y con un seguimiento digital de la población desmesurado. Y, si no, al
tiempo.
Desde los primeros
días de confinamiento, el aumento de la
dependencia a las pantallas, sobre todo del teléfono móvil, se ha hecho patente.
El hecho es que este puto aparato se ha convertido en casi la única manera de
mantener el contacto con el mundo. Y, efectivamente, de eso se trata, de
hacerlo imprescindible.
Si bien el coronavirus nos ocupa y preocupa las 24 horas del día, paradójicamente,
la intensa vida digital pasa inadvertida: a nadie parece preocuparle la digitalización
total del planeta y el aumento exponencial a los campos electromagnéticos.
Pues bien. Por
decir cosas como estas, es más que seguro que se me tache de conspiranoico.
Sin embargo, Organizaciones
supranacionales tales como el Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores), el Club Bilderberg, la Sociedad judía B'Nai B'rith”, la Comisión Trilateral, los Illuminati, la Masonería o la secta Skull and Bones, entre otras, son las
instituciones más poderosas del planeta y pasan inadvertidas para la mayoría de
la gente.
Uno de los cofundadores y asiduo de estas organizaciones fue David Rockefeller.
David Rockefeller
murió a los 101 años de edad y en sus Memorias, dice: “Algunos
incluso creen que somos parte de una camarilla secreta que trabaja en contra de
los mejores intereses de los Estados Unidos, caracterizándome, a mi familia y a
mí, como internacionalistas y de conspirar con otros en todo el mundo para
construir una estructura política y
económica global más integrada, un nuevo mundo, si se quiere. Si ese es el
cargo, me declaro culpable y estoy
orgulloso de ello”.
O sea, él mismo
reconoció una conspiración para hacer del mundo lo que él, y otros como él,
piensan que es más conveniente: para ellos, naturalmente, pues nunca contaron
con nosotros.
Por otra parte, la
CIA, el MI6, la NSA, el MOSAD y la KGB, entre otras, son agencias de espionaje
y manipulación social donde nadie sabe qué pasa realmente en cada una de ellas.
Ahora se entiende
perfectamente lo que ha ocurrido en los últimos años y cómo hemos sido
manipulados sin darnos cuenta hasta llegar a la actual situación.
En 2008 se creó una
falsa crisis. Al mismo tiempo se incentivaron una serie de revoluciones de
color como el Movimiento 5 Estrellas en Italia, el 15-M en España y Ocupa Wall
Street en EEUU, entre otros, que surgieron como setas por todo el mundo. Esto
dio paso a diferentes partidos populistas que llegaron a los diferentes
parlamentos e incluso en algunos países al gobierno.
En el caso de
España, es blanco y en botella. El profesor de la Universidad Complutense, Juan Antonio de Castro, dice en su
libro “Soros rompiendo España” que Soros está detrás de imponer el tsunami globalista y el relativismo moral en
el mundo y que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias están “en nómina” del
magnate judío.
Opiniones aparte,
los hechos son los siguientes:
Pedro Sánchez ha
sido invitado dos veces por el Club Bildelberg y fue llamado a presentarse ante
el Consejo de Relaciones Exteriores: esa gente donde pone el ojo pone la bala.
Eso quiere decir
que fue el elegido por ellos para ser copartícipe en la implantación del Nuevo
Orden Mundial globalista, ya que probablemente en España un gobierno de
derechas no hubiese sido tan convincente. Qué poder tendrá esa gente, para que
un señor defenestrado por su propio partido haya llegado a ser Presidente.
Por otra parte,
Pablo Iglesias salió de la nada y fue promocionado por las televisiones de este
país como ningún otro. Aprovechó la revolución de color del 15-M, auspiciada
por profesionales que se dedican a estas cosas (CIA, MOSAD, MI6, etc.), y fundó
Podemos de la noche a la mañana; eso sí, subvencionado con el dinero de la Open
Society de George Soros)
Conclusión.
Todo lo que estamos
viendo ha sido programado con anterioridad por estas instituciones globalistas,
que llevan décadas llevando a cabo su programa para la implantación de su Nuevo
Orden Mundial y que terminara con la llevada a la práctica de la Agenda 2030 (por
si no lo sabes, el gestor de la Agenda 2030 en España se llama Pablo Iglesias).
Entonces: ¿Quiénes
son los conspiranoicos?
Porque, claro. Afirmar
que nos están envenenando, empobreciendo, manipulando y, en definitiva, que nos
están matando es cosa de locos conspiranoicos que se creen todo lo que ven y leen
en Internet.
Estoy convencido de
que una reestructuración, nuevo orden mundial o como lo queramos llamar es
necesario. Pero ese nuevo mundo ha de ser confeccionado por todos y para todos
y no solo por y para el beneficio de unos pocos.
Puede que los que
denunciamos estas cosas seamos conspiranoicos, pero, sin lugar a dudas, ellos
son los verdaderos conspiradores.
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