Si eres de los que
aún no se ha dado cuenta de la farsa de esta pandemia; de los que aplauden a
las ocho de la tarde; de los que van por la calle con mascarilla y guantes; de
los que esperan ansiosamente la prometida vacuna. Si eres de los que creen que
el cambio climático es consecuencia del CO2 vertido a la atmósfera y,
en definitiva, si eres de los que piensan que los pájaros maman, es que tu
cerebro ya está lo suficientemente contaminado y han hecho de ti un verdadero
imbécil. Por tanto, puedes dejarlo aquí y no seguir leyendo, ya que este
artículo no es para ti.
Cada día es más
evidente el objetivo de esta falsa pandemia -sostenida por la OMS y asesorada
por el epidemiólogo Neil Fergurson y el inmunólogo Anthony Fauci (dos
personajes de dudosa reputación)- que, unida al cambio climático, servirán de
escusa para crear un “Sistema Control” llamado Nuevo Orden Mundial, Nueva
Normalidad o como cojones (con perdón) lo quieran llamar. Lo que nos llevará
irremisiblemente a ese “mundo feliz” de Aldoux Huxley.
Vivimos en un planeta
único, que sepamos. Un planeta plagado de recursos, de animales, de plantas y
de ecosistemas viviendo en equilibrio desde hace millones de años. Y, sin
embargo, ha sido el hombre quien, en los últimos 200 años, ha destrozado gran
parte este mundo maravilloso simplemente por codicia.
Todos hemos
asistido en riguroso directo al cerrojazo del mundo, que actualmente se
encuentra prácticamente paralizado.
Resulta de lo más
esclarecedor ver que multinacionales y oligopolios como el petrolero, las
líneas aéreas, los bancos comerciales y un sinfín de grandes, medianas y
pequeñas empresas hayan preferido perder miles de millones de dólares al día
por salvar la vida del “populacho”. ¡Venga ya, hombre! Que algunos todavía no
nos hemos vuelto idiotas.
Que el actual
sistema es insostenible es más que evidente y habría que cambiarlo. Pero
hacerlo de esta manera es, además de mezquino, un crimen de lesa humanidad que,
si salimos de esta, alguien tendrá que pagar.
El verdadero
gobierno en la sombra, que controla el mundo, lleva décadas preparando el
escenario perfecto para implementar su Nuevo Orden Mundial. Y ese momento ha
llegado.
Su famosa Agenda
2030, con sus 17 puntos para el desarrollo sostenible, son el fiel reflejo de
la mentira con la que estamos siendo engañados.
¿Alguien con dos
dedos de frente cree que se van a cumplir en 2030 esos objetivos si no hay una
reducción drástica de la población mundial? Porque díganme como en 10 años van
a sacar de la pobreza a más de 3.000 millones de personas, la gran mayoría
analfabetas.
El estado actual de
confinamiento mundial, en mayor o menor medida, ha venido para quedarse.
Es muy
decepcionante ver cómo la gran mayoría de la gente no se entera de que nos
están matando lentamente. Han conseguido amedrentarla de tal manera que no ve
más allá de sus propias narices. Veremos cómo reaccionan cuando el Gobierno nos
confisque los ahorros; cuando nos baje las pensiones; cuando escaseen los
alimentos y volvamos a las cartillas de racionamiento. En definitiva, cuando la
gente compruebe que por cada muerte ocasionada por el coronavirus habrá 300
muertes provocadas por la pobreza generada por esta falsa pandemia.
España será
rescatada sí o sí, no te quepa la menor duda. Y cuando vengan los “hombres de
negro”, lo poco que quede de este país será saqueado por
esta panda de buitres. Nos harán lo mismo que hicieron con Argentina y Grecia
que, desde entonces, no levantan cabeza.
Esto mismo, o algo
parecido, se aplicará en prácticamente todos los países del mundo para reducir
en una o dos décadas la población mundial.
En el mundo que
está por venir –ese que nuestro Presidente de Gobierno llama “nueva normalidad-
se producirán grandes cambios en la forma de trabajar, de relacionarnos, de viajar,
ocio y un larguísimo etc.
Pero lo primero es
hacer desaparecer el dinero en metálico, pasando a ser todo electrónico. Este
nuevo escenario que, a priori, parece muy útil -y lo es-, sin embargo, tiene
sus connotaciones cuanto menos preocupantes.
El dinero
electrónico le da toda autoridad sobre él a aquel que lo controla. Por lo
tanto, el conocimiento absoluto sobre nuestros ingresos y gastos está
completamente asegurado.
Por otra parte, la
utilización del teléfono móvil se ha vuelto imprescindible para prácticamente
el 100% de la población. En este futuro que nos espera, todo se hará a través
del móvil: abrir nuestra casa, nuestro coche, viajar, abrir el frigorífico,
comprar, etc. Y esto será así hasta que estemos preparados para que el móvil
sea implantado en nuestro propio cuerpo en forma de microchip.
Una vez esto se
consiga, viviremos en un estado policial permanente en el que el “gran hermano”
nos vigilará día y noche para evitar que seamos “malos ciudadanos”. Y claro
está, en este estado policial ya no será necesario ni policía ni cárceles, ya
que simplemente con bloquearte el microchip tu vida estará arruinada.
Ya sé que parece
una película de ciencia ficción, pero como todo el mundo sabe, la realidad
supera siempre a la ficción.
Me gustaría
equivocarme, pero depende de nosotros. Si dejamos que el 1% nos manipule, como
lo está haciendo, lo conseguirán. No lo dudes.
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