domingo, 28 de junio de 2020

RESETEO DEL SISTEMA MONETARIO

Desde hace algunos años la frase “reseteo económico mundial” ha estado muy presente en los foros financieros. Esta frase ha sido utilizada frecuentemente por Christine Lagarde, que estuvo al frente de la institución globalista FMI y ahora ocupa la presidencia del BCE.
Según aseguran los expertos, la burbuja de deuda y derivados financieros es tan grande que la reforma del sistema monetario tiene que hacerse, sí o sí, por las buenas o por las malas. Así que, los que verdaderamente deciden este tipo de cosas, dijeron en su día que quieren una transición paulatina y suave, pero que están dispuestos, si no queda otro remedio, a provocar un colapso financiero mundial, diseñado previamente, para hacerlo realidad.
Y la pregunta es: ¿mediante una falsa pandemia, tal vez?
Desde hace décadas se sabe que el sistema financiero actual no se sostiene. Las restricciones globales, a causa de la pandemia, han provocado el consiguiente hundimiento del turismo, un impacto demoledor en el comercio, el impago de deudas por parte de los consumidores y una contracción de la economía tan bestial que el mundo no tendrá más remedio que dar un giro al sistema financiero.
La situación a nivel mundial es ahora económicamente insostenible. Pero gracias a la “crisis sanitaria”, el planeta ha quedado perfectamente abonado para la implantación de un nuevo sistema monetario.
La mayoría de países están experimentando déficits comerciales y han estado utilizando deuda, durante décadas, para cubrir los gastos que sus economías no se podían permitir. Y claro está, como esas deudas son impagables, la presión para aceptar el “reseteo” es cada vez más fuerte.
Aún no está claro cuándo podría tener lugar el acontecimiento, pero todo parece indicar que “los planetas ya están alineados” para que su puesta en escena sea inminente. Solo haría falta, como vaticinaban en su día los expertos, una recesión económica mundial para acelerar el proceso. Y aquí la tenemos.
Un episodio de estas características nunca antes ha tenido lugar, con lo que el “reseteo” implica una reevaluación simultánea de las monedas de, si no todas, al menos la mayoría de las naciones del mundo. Es por eso que la mayoría de países, encabezados por china, están desarrollando su moneda digital. Una vez todas las monedas sean digitales será más fácil el “reseteo”, ya que el nuevo sistema monetario será totalmente digital
Desde la aparición de la banca, los banqueros han sido y son las sanguijuelas que chupan la sangre de todo el planeta. Sus prácticas usureras abusivas no tienen parangón. El robo sistemático de nuestro dinero ha sido su principal misión. Pero ahora, con las nuevas tecnologías, les ha salido  un serio competidor.
Dentro de la guerra abierta entre globalistas y conservacionistas está la “madre de todas las batallas”: la lucha encarnizada por hacerse con el control del nuevo sistema monetario.
El “Estado profundo” -ese que incluye a globalistas y conservacionistas- se encuentra actualmente extremadamente dividido.
Los globalistas quieren introducir un sistema monetario digital unipolar; es decir, una moneda única en un sistema gobernado por el poder global del dinero a través del Banco de Pagos Internacional (el banco central de todos los bancos centrales) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por otra parte, los conservacionistas quieren deshacerse de la actual banca y proponen un nuevo sistema monetario, según ellos, más justo. Me refiero al Sistema Financiero Cuántico (QFS). Este nuevo sistema está incluido en el acuerdo mundial de GESARA (Global Economic Security And Reformation Act, en español Ley de Reforma y Seguridad Económica Mundial), que se firmó en la cumbre del G-20 celebrada en China, en septiembre de 2016, donde se acordó el cambio del sistema financiero mundial.
El QFS es un sistema basado en la computación cuántica, alojado en un servidor cuántico protegido, que no puede ser pirateado ni acceder a él sin permiso. Este sistema impondría una moneda digital única mundial respaldada en oro. Pero aunque nos lo vendan como algo muy avanzado y benévolo, la realidad es que es tan centralizado como el que quieren imponer los globalistas.
¡Ojo al dato! La revista The Economist, anunció en 1988 la llegada de un solo sistema monetario mundial que se implementaría en el año 2018. Para ello, según The Economist, se requeriría del hundimiento de la economía de EEUU y, por ende, una debacle económica mundial.
Aunque con retraso de dos años, ¿es una coincidencia que estemos asistiendo al comienzo de un crack financiero mundial de consecuencias imprevisibles?
Si esta crisis económica mundial es suficientemente impactante, como todo parece prever, la sociedad pedirá a gritos el nuevo sistema monetario global que le libere de todas sus deudas y le saque de su miseria.
Resumiendo. El sistema SWIFT, actualmente controlado por la banca, es el que quieren perpetuar los globalistas. Sin embargo, los conservacionistas son partidarios de implantar el QFS.
Los defensores del sistema monetario QFS aseguran que su activación destruirá completamente el sistema bancario central SWIFT, que tiene a la población mundial esclavizada por la deuda, y no les falta razón.
Pero para implantar este nuevo sistema monetario es imprescindible cumplir los tres requisitos básicos del acuerdo GESARA: Uno, la condonación o perdón de todas las deudas. Dos, el establecimiento de un sistema universal de gobierno común. Tres, la implementación de GESARA, como marco constitucional universal para la gobernanza mundial. ¡Ufff!
Es evidente que tanto los unos como los otros quieren el control total sobre nosotros a través de un sistema monetario digital centralizado.
Y entre estos dos sistemas está Bitcoin: el mejor sistema monetario jamás creado totalmente descentralizado: la única esperanza que nos queda o, de lo contrario, cualquiera de los dos sistemas centralizados se impondrá.

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