El mundo está en manos de unos psicópatas
dementes que sistemáticamente juegan a ser dioses. Y no estoy hablando
únicamente de la élite. Estoy hablando, también, de políticos, de jueces y de
algunos científicos, médicos, ingenieros, abogados, empresarios, etc. -forrados
de dinero- sin cuya colaboración esto no sería posible.
Este colectivo de psicópatas componen una
minoría ideológica autoritaria que, amparándose en una supremacía arrogante,
tienen al resto de la población sumida en la esclavitud, la ignorancia y la
pobreza.
Lo triste, es que entre todos no llegan al 3%
de la población mundial. Y la pregunta es: ¿y cómo es que una minoría tiene
bajo la suela de su zapato a la mayoría? Muy fácil: tienen en sus manos los
medios de comunicación, las fuerzas armadas, la tecnología y el dinero.
Ni en mis peores pesadillas hubiese podido
imaginar que viviría una situación como la actual. Pero lo más humillante,
preocupante y decepcionante es ver la sumisión indecente de la gente que no es
capaz de mover el culo aunque se lo estén quemando.
Seguir hablando del coronavirus, a estas
alturas, es mentalmente agotador. Ya he expuesto en mis anteriores artículos
las mentiras sobre esta falsa pandemia y no voy a seguir por ese camino. Los
datos están ahí.
La masa borreguil está claro que nunca se
cuestiona nada. Pues bien, ahí va una serie de preguntas que deberían hacerse
antes de aceptar una tiranía que va a arruinar sus vidas.
¿Sabías que los portales que se dedican a
denunciar bulos, como Newtral.es (de Ana Pastor) o Maldita.es (de Julio Montes
y Celia Jiménez), -todos salidos de la cadena globalista La 6ª TV-, fueron
subvencionados por el Gobierno?
¿Te has parado a pensar por qué los medios de
comunicación siguen “erre que erre” infundiendo miedo a la población,
insistiendo en darnos el número de nuevos casos positivos aunque sean
asintomáticos? ¿Te has preguntado cuál es la verdadera intención?
¿Sabes que en España el grupo de expertos
que dictan las normas sanitarias (confinamiento, uso obligatorio de
mascarillas, reducción de aforo en negocios, distancia de seguridad, prohibición
de fumar en las calles, etc.) no existe y nunca existió?
¿Sabes que el Gobierno dictó hace poco un
decreto según el cual puede volver a declarar estado de alarma sin consultar al
Parlamento?
¿No te parece extraño que el poder global del
dinero (IBEX 35 y compañía) esté perdiendo
miles de millones de euros diarios por salvar la vida del “populacho”?
¿Sabías que el 13 de julio de 2020 se modificó
la directiva que prohibía liberar
organismos genéticamente modificados?
¿Sabes que en la próxima reunión del Foro Económico
Mundial se abordará el reseteo económico-monetario?
Y por último. ¿Sabes que esto sumirá a España
en una ruina económica sin precedentes y que acabará con el sustento de
millones de personas?
El Covid-19 y la OMS no nos han quitado nada.
Los que nos han robado el futuro de nuestros hijos, además de nuestros derechos
y libertades, son los gobiernos de turno que siguen al pie de la letra las
consignas de los Think tank del pensamiento globalista.
Esta gentuza nos está robando la normalidad,
las ganas de vivir, la sonrisa de la cara, la dignidad, la esperanza y el futuro.
Están cerrando nuestros negocios, escuelas, centros culturales, playas, montes
ríos y mares. Nos prohíben respirar con naturalidad, nos distancian de nuestra
familia y amigos, están enterrando a nuestros ancianos en vida y, por nuestra
supuesta seguridad, nos van a inocular una vacuna que vete a saber qué
contendrá. Y la pregunta es: ¿crees que una vida así merece la pena ser vivida?
Pues tú mismo, porque esto ha venido para quedarse.
La mente de la gente está siendo destrozada
por una fuerza mucho más destructiva que la producida por una bomba atómica. Una
fuerza que ha convertido a las personas en paranoicas. Y esa fuerza no es otra
que el miedo.
Esas personas presas del miedo (incluso del pánico)
son algunos de nuestros amigos, de nuestros familiares, de nuestros vecinos. En
definitiva, gente que conocemos de toda la vida, inteligente y sensata, que ya
no reconocemos.
Es una escena dantesca ver las calles y plazas
de nuestras ciudades llenas de zombis con mascarilla apartándose unos de otros.
¡Patético!
Lo que estamos padeciendo no es una pandemia,
sino una dictadura global atroz, brutal e insoportable (el franquismo
comparado con esto fue una “dictablanda”) que ha venido para quedarse y de la
que es imposible escapar (de la dictadura de Franco podías huir a Francia, Inglaterra,
etc., pero de una dictadura global no).
A todas esas personas miedosas les digo: esto
no va de salvarnos la vida (si así fuera, con repartir equitativamente la
riqueza del planeta se salvaría la vida, no de unos cientos de miles, sino de
miles de millones de personas), esto va de eugenesia, de apartarte de
tus semejantes y de tu control físico y mental.
No te dejes engañar. La nueva normalidad no es
más que un totalitarismo patológico para transformar radicalmente la sociedad.
¡Por favor! Dejad el miedo a un lado y pensar
en todo lo que está pasando.
Hay que decir en voz alta, que se oiga en todo
el mundo:
¡¡¡DEJARNOS DE UNA PUÑETERA VEZ EN PAZ!!!
De lo contrario, esta gente acabará con
nosotros de una u otra manera.
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