La tercera guerra mundial está golpeando de lleno a la humanidad y, como todas las guerras, es sobre todo económica. Si la perdemos -y
todo apunta a que la perderemos- la humanidad terminará controlada, esclavizada
y explotada como nunca antes lo estuvo.
Un programa de ingeniería social sin precedentes, perfectamente
organizado y estructurado, se está llevando a cabo sin que la mayoría de la
gente sea consciente de ello. Se trata de una estrategia geopolítica, diseñada
cuidadosamente desde hace muchos años, para dirigir a la humanidad a una
situación distópica en la que seremos aún más esclavos del Sistema.
Es curioso, pero lo que no ha logrado la violencia en toda la historia
de la humanidad lo ha logrado un aparatito llamado televisor: doblegar al
hombre.
Los gobiernos están mintiendo, y lo saben. Con la escusa de una falsa
pandemia han abolido nuestros derechos y libertades siendo desterrados para
siempre.
Con el pretexto de proteger a la población de “fake news” y “bulos” se
ha suprimido la libertad de expresión: han anulado por completo a los
disidentes, ahora llamados negacionistas; los médicos que cuestionan el relato
oficial son amenazados, despedidos o calumniados; los periodistas
independientes tachados de conspiranoicos; las opiniones de los principales
científicos que cuestionan la falsa pandemia no son tenidas en cuenta puesto
que son censuradas; YouTube no permite contenidos que contradigan a la
OMS ni otras opiniones; Twitter ha dicho que eliminará todos los mensajes
negativos a la vacunación; y, por supuesto, no hay una sola cadena de
televisión, con cobertura nacional, que de voz a los que no comparten la
versión oficial. Si han sido capaces de censurar al Presidente del país más
poderoso del mundo, ¿van a andarse con remilgos?
Así se
desarrollará esta guerra contra la humanidad
La ingeniería social ha elegido dos armas perfectamente estudiadas para
llevar a cabo esta guerra: una, el hundimiento de la economía real y, otra, la
vacunación cuasi forzosa con una “pócima” que contiene ARN mensajero.
Llevamos once meses con una salvaje campaña masiva en los medios de
comunicación de masas, las 24 horas del día, con incesantes y repetitivas olas
de contagios de Covid-19. Evidentemente, estás noticias van encaminadas a cerrar
la economía y a que la gente pida a gritos vacunarse.
Para hundir la economía no se necesita más que seguir anunciando
brotes, rebrotes y nuevas olas de contagios. Esto proporcionará a los gobiernos
de turno la coartada perfecta para seguir implementando más confinamientos y
restricciones que favorezcan la ruina de muchos negocios. Con cada nueva medida
represora la economía de las ciudades se resiente: bares, pequeños comercios y
restaurantes se ven obligados a cerrar sus puertas.
El
hundimiento de la economía dará paso al Gran Reinicio
El desmoronamiento de la economía traerá consigo el programa del Gran
Reinicio que incluye una nueva moneda digital (anclada en la tecnología
Blockchain) con la que gobernarán tu dinero, una renta básica universal para supeditarte
a Papá Estado y un carnet de vacunación sin el cual no tendrás “libertad de
movimientos”. Una de las claves del Gran Reinicio es que el Fondo Monetario
Internacional condonará todas las deudas a cambio de que los ciudadanos
renuncien a sus posesiones, acepten la renta básica universal y, por supuesto,
sean vacunados. Atención al primer punto de la propaganda sobre la Agenda del
Fondo Económico Mundial para el Gran Reinicio: “en el año 2030 no poseerás nada y serás feliz”. Surrealista,
¿verdad?
Vacunación
cuasi obligatoria para el control absoluto de la población
La vacuna que pretenden inocularnos a todos
en tiempo récord lleva ARNm: una nueva técnica reciente con pocas
retrospectivas, según el Presidente del Consejo de la Orden de Médicos de Francia.
Sé que lo que vas
a leer a continuación “chirría” y parece una noticia de lo más conspiranoica.
Pero es real y está sacada de la página web de la farmacéutica Moderna
(puedes entrar en este link y comprobarlo por ti mismo).
Con el alegato del desarrollo de nuevos
fármacos Moderna justifica la utilización de ARN mensajero: “Construimos Moderna con la premisa rectora
de que si el uso de ARNm como medicamento funciona para una enfermedad, debería
funcionar para muchas enfermedades. Y, si esto es posible, dado el enfoque
y la infraestructura adecuados, podría mejorar significativamente la forma en
que se descubren, desarrollan y fabrican los medicamentos”. O sea, que no
están seguros y van a experimentar con toda la población del planeta.
¡Increíble!
Según Moderna “La plataforma tecnológica del ARNm se asemeja a un sistema operativo de
computadora”. ¿Esto quiere decir que la vacuna que recibiremos no es tal,
sino la introducción en nuestro organismo de un "sistema
operativo" diseñado para programarnos y convertir nuestras células en
sistemas eficientes de liberación de sustancias? ¡Vete a saber!
También dice: “Necesitamos introducir el ARNm en el tejido y las células objetivo
mientras evitamos el sistema
inmunológico. Si se activa el sistema inmunológico, la respuesta
resultante puede limitar la producción de proteínas y, por tanto, limitar el
beneficio terapéutico de los medicamentos de ARNm”. Si he entendido bien
para Moderna un
sistema inmunológico saludable que funciona es una amenaza para su inyección de
ARNm, por lo tanto, hay que, digámoslo así, desactivarlo o engañarlo. Y digo
yo, ¿eso es bueno? Además, se me ocurre que si tu sistema inmunológico funciona
extraordinariamente bien, ¿para que necesitas ningún medicamento ARNm?
Conclusión:
Las señales de que estamos inmersos en una
guerra contra la humanidad son evidentes para todo aquel que el miedo no le
nuble la razón y las quiera ver. Las primeras víctimas serán los mayores, los pobres
y otros “discapacitados” físicos y mentales que no tendrán cabida en este nuevo
paradigma. El mismísimo Klaus Martin Schwab (fundador del Foro Económico Mundial)
ha afirmado que la vida como era antes de la falsa pandemia nunca volverá.
Pero la pregunta clave es si hay
suficientes personas dispuestas a presentar batalla, a abandonar su zona de
confort y luchar por el bien de la humanidad.
De nosotros y solo de nosotros depende.
¡Buena suerte! La vamos a necesitar.
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