Algunos ya sabíamos que el objetivo final de
la Falsa pandemia era el de vacunar a la población en masa. Por lo tanto, no íbamos
mal encaminados.
Después de la distópica situación creada y
mantenida durante los últimos diez meses en torno a una enfermedad llamada
Covid-19, ahora nuestro Gobierno pretende vacunarnos a todos para protegernos de
un supuesto virus, con una incidencia en la población ridícula, que no está
nada claro siquiera que exista.
Según datos oficiales, los afectados por el
supuesto virus; es decir, personas que han dado positivo en algún test y tienen
síntomas, son el 0.1% de la población mundial. Por otro lado, las instituciones
sanitarias nos dicen que la vacuna es segura en un 95%, por lo tanto, en un 5%
de los casos no lo es.
Y ahora la pregunta del millón: ¿qué necesidad
hay de vacunarse de una enfermedad cuya tasa de mortandad (0,02% de la
población mundial) es muchísimo menor a la posibilidad de morir por algún efecto secundario causado por la propia
vacuna? ¡Es de locos!
O sea, que si se ha organizado todo este caos (colapso
del sistema sanitario) por una enfermedad con una incidencia real en el 0,1% de
la población mundial, imagina lo que supondrá un 5% de la humanidad (cerca de
400 millones de personas) con efectos adversos, ocasionados por la vacuna,
teniendo que ser atendida por el sistema sanitario.
El 22 de octubre de 2020, se publicó una presentación de la
Agencia de Medicamentos y Alimentos FDA, de EEUU, donde figura, en su página 16, un
largo listado de los posibles efectos adversos de la vacuna contra el
Sars-Cov-2: “Encefalomielitis diseminada aguda, Síndrome de Guillain Barré,
Encefalitis, Mielitis, Encefalomielitis, Meningoencefalitis, Meningitis,
Encefalopatía, Convulsiones, Accidente cerebrovascular, Infarto agudo de
miocardio,….., más un larguísimo etcétera (que no incluyo para no aburrir al
lector) y, por supuesto, la muerte”.
Es decir, que menos “acné juvenil” te
puede suceder de todo.
¿Sabías que la vacuna que vamos a recibir contiene
ARN mensajero?
Parece ser que este tipo de vacuna solo ha
sido utilizada en animales, con efectos desastrosos, y nunca en personas. Según
los expertos, potencialmente estas vacunas pueden modificar nuestro genoma o
incluir un ARN que le ordene a nuestras células producir cualquier tipo de
proteína. Por lo tanto, si esto es así, la “pócima” que pretenden inocularnos a
todos en tiempo record es una infiltración genética, no una vacuna. Así de
claro.
Según palabras textuales de la doctora Carrie Madej: “las vacunas
contra el Covid-19 están diseñadas para hacernos organismos genéticamente
modificados, de la misma manera que Monsanto ha modificado y patentado sus
semillas. Además, esta vacuna se ha saltado los ensayos en animales y va a ser
directamente ensayada en humanos”.
La ley de protección de derechos y dignidad del
ser humano BOE-A-1999-20638,
con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina, conocida como
Convenio de Oviedo, ratificado por el Rey Juan Carlos I en Oviedo el 4 de abril
de 1997, en su artículo 13, dice: únicamente podrá efectuarse una intervención que tenga por
objeto modificar el genoma humano por razones preventivas, diagnósticas o
terapéuticas y sólo cuando no tenga por finalidad la introducción de una modificación en el genoma de la
descendencia.
También, en su artículo 5, dice: Una
intervención en el ámbito de la sanidad sólo podrá efectuarse después de que la
persona afectada haya dado su libre e informado consentimiento. Dicha
persona deberá recibir previamente una información adecuada acerca de la
finalidad y la naturaleza de la intervención, así como sobre sus riesgos y
consecuencias. En cualquier momento la persona afectada podrá retirar
libremente su consentimiento.
¿Es la vacunación una intervención en el
ámbito de la sanidad? Sí. Por lo tanto, no te pueden obligar a vacunarte ni
coaccionarte con medidas coercitivas, porque es ilegal.
Además, ¿Qué esconde la vacuna para que tenga
que ser transportada y custodiada por el ejército y la policía?
Por otra parte, la OMS ha declarado que
la vacunación no se considerará una solución a la propagación
del virus. Esto significa que aunque estés vacunado seguirás siendo portador y
transmisor potencial del Covid-19. Por lo tanto, los confinamientos, las
restricciones, el uso obligatorio de mascarillas seguirán vigentes.
Por si no lo sabes, más de 100.000 médicos y
profesionales sanitarios se han pronunciado en contra de la vacuna, como puedes
ver en este vídeo contra de
las vacunas para el Covid-19.
Dicho esto, no tienes por qué creerte nada de
lo que digo. Investiga, infórmate (eso sí, nunca en TV) y luego decide si te
pones o no la vacuna.
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