Se están efectuando test para ver el número de
afectados por el coronavirus asintomáticos. Indudablemente, “a huevos visto,
macho seguro”, que diría mi hermana pequeña. Pero la realidad no es esa,
sino que necesitan que haya muchos contagiados para justificar la pandemia,
dado que, evidentemente, sin test no hay pandemia que valga.
Esta “comedia satírica” que, por cierto, no
tiene ni puta gracia pues hay muertes de por medio, va de establecer
definitivamente un nuevo orden mundial que será llevado a cabo en tres etapas.
La primera -en la que actualmente estamos
inmersos- es crear una alarma social a escala global: ahí es donde entra en
escena el coronavirus.
En esta fase se irá preparando a la población
para que acepte sin rechistar el nuevo orden mundial, que desembocará en un
estado policial permanente disfrazado de democracia global. Para eso sirve el
confinamiento y no para salvarnos del “bicho”.
La estrategia es muy simple:
Supongamos que tenemos un capital de 100
monedas de oro (nuestra libertad) y de repente nos son arrebatadas (proclaman
el estado de alarma con el consiguiente confinamiento). Evidentemente, estamos
frustrados porque ha desaparecido todo nuestro capital (hemos perdido la
libertad). Una vez hechos a la idea de que hemos perdido las 100 monedas
(aceptar estar confinados por el bien de todos), sale el Gobierno salvador y
nos regala 30 monedas de oro (termina el confinamiento pero con condiciones).
Entonces, nos ponemos la mar de contentos y damos gracias al Gobierno salvador
que nos ha librado de la ruina (de enfermar y morir por el coronavirus). Y ahí
lo tenemos: nos han robado 70 monedas de oro y, encima, estamos agradecidos; o
dicho de otra manera, hemos aceptado perder la libertad en aras a nuestra
supuesta seguridad.
En la segunda etapa, llegará una crisis
financiera de magnitud mastodóntica para tapar la podredumbre del sistema
financiero que ya era insostenible. Desaparecerá el dinero físico, pasando a
ser todo digital, con el consiguiente control de todos nuestros ingresos y
gastos; es lo que venían anunciando. También se producirá el pinchazo de la
burbuja bursátil, que también estaba previsto. Y como no, el reseteo de la
economía mundial que Christine Lagarde (expresidenta del FMI y actual
presidenta del BCE) lleva anunciando desde hace años.
Por último, la tercera fase dará paso a la
implementación de nuevas medidas para tener un control absoluto sobre toda la
población: puesta en escena de la Inteligencia Artificial, con la
monitorización de toda la población mundial; control de movimiento de las
personas (aquí entra el 5G); nueva forma obligatoria de relacionarnos; gobierno
mundial dirigido probablemente desde la ONU y estado policial encubierto
permanente.
Esta pandemia, unida al cambio climático, va a ser
la excusa perfecta para imponer un nuevo paradigma a escala global que, mucho
me temo, nos esclavizará aún más y solo beneficiará a una minoría.
Sin intentar convencer a nadie de nada, voy a exponer, a continuación,
lo que dice la OMS sobre el coronavirus y luego lo que asegura la otra
comunidad científica (esa que es invisible para los medios de comunicación de
masas) y que cada uno saque sus conclusiones.
Según la OMS, los coronavirus (CoV) son una
amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el
resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus
causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que
ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV). El nuevo coronavirus
es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser
humano. Los coronavirus se pueden
contagiar de los animales a las personas (transmisión zoonótica) y de persona a
persona.
Y ahora lo que dice sobre los virus la otra
ciencia.
El doctor Thomas Cowan, basándose en la obra
de Rudolf Steiner, expuso en la conferencia dada en la
Cumbre de Salud y Derechos Humanos en Tucsa, Arizona, el 12 de marzo de 2020,
que los virus son simplemente la expresión de una célula intoxicada: “Los
virus son trozos de ADN, ARN o alguna otra proteína que se han expulsado de la
célula. Se manifiestan cuando la célula esta envenenada. Cuando las células se
encuentran intoxicadas intentan limpiarse excretando residuos que nosotros
denominamos virus. No son la causa de nada, sino el efecto”.
También habla de que, en 1918, el Ministerio de Sanidad de Boston
decidió analizar el carácter contagioso de una epidemia. Tomaron a cientos de
personas que tenían gripe y les extrajeron las mucosidades de la nariz. Después
se las inyectaron a sujetos sanos y ni una sola vez consiguieron hacer enfermar
a un individuo sano aun repitiendo la prueba una y otra vez.
Termina diciendo que, cuando se dan epidemias de gripe, u otras donde
aparecen virus, es simplemente porque un grupo de personas están expuestas al
unísono a agentes externos nocivos que les hacen enfermar (contaminación, mala
nutrición, estrés, etc.). Como consecuencia, sus células se intoxican a la vez
y también excretan virus al mismo tiempo. De ahí que algunos padezcamos la
gripe en los mismos periodos de tiempo.
Discrepar sobre las denominadas “verdades
absolutas” de este Sistema -tanto en ciencia, política, economía y cualquier
otra materia- es arriesgarse a ser considerado cuanto menos un conspiranoico o
antisistema y, en el peor de los casos, un terrorista. No obstante, la cosa ha
mejorado bastante puesto que, como todos sabemos, en el siglo XVI Miguel Servet
fue quemado en la hoguera por decir que la sangre circulaba por las venas.
Dado que la sintomatología del coronavirus y
la gripe son prácticamente los mismos –siempre dando por cierto lo que nos
dicen- analicemos ahora cómo afecta a las personas el virus de la gripe y el
coronavirus.
La gripe aparece todos los años, especialmente
de invierno a primavera. Los principales afectados son los niños y los mayores
de 64 años, que son los que presentan mayor riesgo de complicación.
Según datos del Ministerio de Sanidad, los casos
hospitalizados con gripe confirmada por grupo de edad, en la temporada 2019-2020,
fueron los siguientes: el colectivo más afectado han sido las personas mayores
de 64 años (53,7%) seguido muy de cerca por los niños de entre 0 y 4 años (40%).
Por cierto, es lo que estamos acostumbrados a ver.
Y ahora veamos un gráfico con el porcentaje de
muertes causadas por el coronavirus en función de la edad.
Observamos que las muertes producidas en niños
menores de nueve años son una anécdota mientras la pandemia se ceba únicamente
con las personas mayores de 60 años.
¿Qué está pasando realmente? Si el coronavirus
se contagia igual que el “virus” de la gripe, ¿por qué los niños no se
contagian o se contagian muy poco de coronavirus?
Todos los días mueren de hambre en el mundo unas
20 mil personas y otras 80 mil más a consecuencias de la pobreza. Estamos hablando
de 100.000 personas diarias que a nadie le importan una mierda. Es decir, 36,5
millones de personas año tras año.
En un documento de la Fundación
Rockefeller, publicado en mayo de 2010, y titulado "Escenarios para el
Futuro de la Tecnología y el Desarrollo Internacional", se describen cómo
una pandemia provocada por un virus infecta al 20% de la población mundial y
causa la muerte a 8 millones de personas. Por otra parte, el simulacro sobre
una pandemia provocada por un coronavirus llevada a cabo en el Evento 201,
celebrado en 2019 y organizado por la Fundación Bill y Melinda Gates, se habla
de 85 millones de muertes en todo el mundo.
Si hacemos caso a estos informes, en el peor
de los casos la pandemia se llevaría por delante a 85 millones de personas, que
no es moco de pavo. Sin embargo, el hambre y la pobreza se llevarán en los
próximos 5 años (y esto sí es real) 182,5 millones de personas, sin que el
Sistema mueva un solo dedo para evitarlo.
Por otra parte, según los datos oficiales de
la OMS, de cada 100 personas infectadas por el coronavirus solo 20 necesitan de
atención médica, y de esas 20 personas muere el 10%; es decir, 2 personas. Así,
suponiendo que se infectase el 100% de la población mundial, o sea 7.700
millones de personas (algo realmente improbable), morirían 154 millones, lo que
supone el 2% de la población mundial, quedando reducida esta a 7.546 millones.
Las muertes que se producen en el mundo cada
año rondan los 60 millones de personas; es decir, 164.383 personas al día.
Según los datos oficiales, a día de hoy, y
después de 4 meses desde que empezó esta pandemia, han fallecido 150.000
personas de coronavirus en todo el mundo, lo que supone, 1.250 personas por
día.
Definitivamente, acojonar a todo el mundo, llamar
a esto pandemia y tirar la economía mundial por los suelos es una tomadura de
pelo.
¿De verdad piensas que esta gente, que nos
tiene prácticamente todo el planeta confinado en casa, quiere salvarnos la
vida? ¡Venga ya!, un poquito de seriedad y rigurosidad.
Continuará.
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