domingo, 19 de abril de 2020

LA VERDADERA PANDEMIA SE LLAMA NUEVO ORDEN MUNDIAL (IIª PARTE)

Estamos inmersos de lleno en una crisis existencial sin precedentes en la historia de la humanidad. Si no tomamos consciencia y reaccionamos, es que ya hemos perdido toda capacidad de reacción y no hay solución. Por tanto, seguiremos “confinados de por vida” y aplaudiendo a las 8 de la tarde (es una metáfora).
Esta pandemia no es una casualidad. Es una eugenesia en toda regla, organizada y planificada por los dueños del mundo que ya no necesitan a una población no productiva que, además, está ocupando su “espacio vital”.
En el artículo que publicó el 13 de abril de 2020 Univisión, No habrá un regreso a la normalidad en el mundo tras la pandemia del covid-19, se relata la conferencia de prensa que dio en la Casa Blanca el doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de EEUU. En ella dijo que podría no haber un "regreso a la normalidad" después de que termine la pandemia de coronavirus.
En realidad lo que hizo el doctor Anthony Fauci, es dar a conocer oficialmente (nada menos que en la Casa Blanca) el nuevo orden mundial, enumerando todo aquello que nos espera y que muchos llevamos denunciando desde hace años. Entre otras cosas, habla de cómo la implantación de la Inteligencia Artificial es ya irreversible; de cómo los robots sustituirán a las personas  en los centros de trabajo; del control absoluto de la población mediante la monitorización; de las restricciones para viajar; de relaciones virtuales en vez de presenciales; de la pérdida absoluta de privacidad, de la reestructuración de la economía mundial y de la implantación de un gobierno mundial.
Si eres un poco observador, te habrás dado cuenta de cómo los informativos de las diferentes cadenas de televisión ya nos están preparando. Noticias en las que se nos dice claramente cómo somos controlados y monitoreados mediante el móvil, están a la orden del día. Del mismo modo, esas clases de gimnasia, los niños asistiendo al cole virtualmente, la gente teletrabajando y todo lo que está relacionado con alejarnos de nuestros semejantes para aislarnos y dejar de relacionarnos como hasta ahora, son el pan nuestro de cada día y tarde o temprano surtirá el correspondiente efecto. No lo dudes.
Ahora mismo la gente no es consciente de lo que significa estar monitorizados las 24 horas del día durante los 365 días del año. Pues bien, eso supone que no vas a poder hacer ningún movimiento sin que ellos lo sepan. Por ejemplo, si quieres organizar una protesta para reivindicar una sanidad pública, ellos lo sabrán antes de que se produzca y podrán actuar en consecuencia.
Esta es la verdadera pandemia que nos espera. Lo del CoVid-19 es la escusa perfecta para llevarlo a cabo, además de una eugenesia encubierta.
Como todo en esta vida, las pandemias tienen muchas formas diferentes de afrontarse. Entonces, ¿por qué todo el mundo está haciendo lo mismo? Pues, obviamente, para obtener los mismos resultados.
¿Te has parado a pensar que todos los países tienen su confinamiento, su hora de aplausos y su canción de “resistiré”? Curioso, ¿verdad?
¿Y si después de todo el coronavirus no es más que un fraude y la gente está muriendo de otra cosa como, por ejemplo, el veneno que sobre nuestras ciudades echan los chemtrails (estelas de aviones) o la mala alimentación?
En el mes y pico que llevamos de confinamiento ya tendríamos que haber notado un descenso sustancial de los contagios y muertes. Sin embargo, todo parece indicar que este confinamiento no está sirviendo para nada, ¿o sí? Mucho me temo que seguirá así hasta que estemos lo suficientemente acojonados, domesticados y preparados para el nuevo mundo que se nos viene encima.
Es curioso que no se nos permita pasear o bañarnos en el mar (obviamente eso es salud) pero sí podamos ir a Mercadona donde, por cierto, he investigado en tres centros (uno en Lanzarote, otro en Fuenlabrada y otro en Oviedo, con un total de 190 trabajadores) y no hay ni un solo caso de coronavirus entre sus trabajadores, cuando por ahí pasan al día cientos o miles de personas que lo tocan y lo tosen todo (más que en los hospitales).
Hay muchas contradicciones en este asunto y cada día son más las voces (entre ellas científicos) discrepantes con esta pandemia. Entre otras cosas, denuncian que no se realizan autopsias y que los test no cumplen los 4 postulados de Koch. Y lo que es más incongruente: los continuos cambios de criterio que nos están volviendo locos a todos.
Esto parece una tomadura de pelo y, lo que es peor, un crimen de lesa humanidad.
Por supuesto, la pregunta inevitable es: ¿si es un fraude, qué pasa con los muertos? Pues, según los datos del Instituto de Salud de Italia, la edad media de los fallecidos es de 81 años y el 90% de ellos habían padecido dos o más enfermedades crónicas. Solo el 1% de los fallecidos eran personas sanas. Además, el estudio trató de diferenciar entre los que murieron por el coronavirus y los que fallecieron con el coronavirus sin conseguirlo. También se cuestiona el tratamiento con antivirales y la utilización de respiradores que, en determinados pacientes, pueden ocasionar neumonía.
Yo no soy quien para juzgar a nadie, pero seamos serios y rigurosos.
La medicina, al igual que la geofísica aplicada, no son ciencias exactas, sino empíricas. ¿Y eso que quiere decir? Pues que no siempre dos más dos son cuatro. Yo he dedicado 40 años a trabajar en geofísica aplicada y sé de sus limitaciones. Y lo mismo pasa con la medicina. Por muy buen geofísico o médico que sea uno, no todos los terrenos ni todos los cuerpos son iguales, por tanto, el factor geológico en geofísica y el bioquímico en medicina, condicionan –y de qué manera- el acierto o el fracaso muy a pesar nuestro.
El “buenismo” no existe. Es posible que los niños crean en los reyes magos, pero los mayores no, ¿verdad? Bueno, pues que un adulto piense que los políticos se dejan el culo por nosotros, que la policía y el ejército se crearon para velar por nuestra seguridad y que personajes como  Rothschild, Rockefeller, Morgan, Du Pont, Bill Gates y demás élites adineradas, son filántropos, es cuanto menos una ingenuidad, por no decir directamente una estupidez.
O tomamos conciencia de lo que está pasando y dejamos de hacer lo que nos están obligando a hacer o cuando reaccionemos ya será tarde.
En EEUU,  en los estados de Michigan, Kentucky, Ohio y Carolina del Norte ya hay mucha gente que no traga. Se están echando a la calle con la bandera de EEU en una mano y, eso sí, el rifle en la otra, pidiendo que se levante el confinamiento y puedan volver a trabajar. Lemas como “trabajadores del mundo, uniros”; “no tenemos nada que perder, excepto las cadenas” y otros como “preferimos arriesgar nuestras vidas que darlas por perdidas” han sido escuchados en estas manifestaciones supuestamente espontáneas.



En una foto que publicó el diario ABC, el 17 de abril de 2020, dentro de un artículo titulado: “Una ola de protestas para acabar con el confinamiento recorre Estados Unidos”, se pueden ver los rifles de asalto.
Lo que nos están haciendo no tiene nombre.
No tengo ni los datos ni los conocimientos necesarios para saber qué es lo que está matando a la gente. Pero lo que sí sé, es que han encontrado el arma perfecta de manipulación social para implantar su “dictadura médica” con el consiguiente lema: es por tu bien.
Vernos a todos con mascarilla y guantes, aunque estemos a 50 metros de otra persona, se ha convertido en lo más habitual. Y es que parece ser que respirar puede matar. Lo que significa que cada ser humano es el enemigo de otro ser humano por el mero hecho de respirar. Ni los mismísimos Hitler, Mao o Stalin hubieran podido soñar algo parecido.
¿Quiénes son nuestros gobernantes para encerrarnos a la fuerza en casa? ¿Qué clase de democracia es esta? Y no me vale el patético argumento de que es por el bien de todos y para no colapsar la sanidad (la sanidad no existe, solo el negocio de la sanidad)
Piénsalo. Los que queremos salir de casa nunca infectaremos a los que quieren quedarse en ella por la sencilla razón de que ellos no saldrán. Es lo mismo que cuando en una playa hay bandera roja; solo tendrá riesgo de ahogarse aquel bañista que se meta en el agua, el que se quede en tierra, evidentemente, no se ahogará.
Después de lo que estamos viviendo deberías pensártelo dos veces antes de decir "mantras" tales como ”vivimos en un mundo libre”, “somos un país democrático”, “yo soy libre de hacer lo que quiera”, etc.

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